Fragmento
A través de varios pasadizos angostos, y según pasaban, la luz de la lámpara no mostraba más que objetos asquerosos; cráneos, huesos, tumbas e imágenes cuyos ojos parecían contemplarles con horror y sorpresa. Por fin llegaron a una espaciosa cueva, cuyo techo estaba tan alto que la vista no alcanzaba a vislumbrar. Una profunda oscuridad envolvía aquel vacío; húmedos vapores dejaron helado el corazón del monje, mientras escuchaba con tristeza el aullido del viento en las criptas solitarias.
1796
No hay comentarios.:
Publicar un comentario