El bosque baja con la cuesta,
y cuelgan como capullos
las hojas de su interior.
Debajo florece un suelo
que no carece de palabras,
pues por allí
pasó Ulrich. A menudo, ya listo,
un gran destino medita,
sobre su umbral,
en un sitio apartado.
en Poesía completa, 1977
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