Por esta gracia disuelta en espacio
Lo que los ojos negando hayan visto:
La trama imperceptible sobre el seno quieto
O el rostro eterno que la mujer conduce,
Todo lo eleva el corazón, oscuro
Cuando la luz se tensa en una idea que ama.
Así confunde día claro y lecho abierto
Ambos, con el tiempo en su principio
Y habla de una amante joven siempre
De una diosa que oye con el pulso.
Aunque el asunto sea el nombre
Que la memoria ostentosa remarca,
Pierde la forma para ser más precisa
Como la luna del agua, o la estatua.
Rodeada en el sueño por destellos,
Una diosa. Y duerme el corazón,
Solo con su ritmo, náufrago en su gracia.
Como si un sol antiguo se volviera
Reuniendo en él los mitos de las cosas.
Mientras los ojos despiertos contestan
“Es inútil, que interprete su deseo padeciendo
Como padecen los relojes en la espera
Del mundo que los hombres imaginan”.
Inédito
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