martes, septiembre 02, 2008

“Tres tristes tigres”, de Guillermo Cabrera Infante

Extracto




Novena

¿Yo no le dije que soy viuda? Me casé con Raúl, el muchacho que me invitó a la fiesta. Toda su familia estuvo en la boda, que fue en Jesús de Miramar y la iglesia estaba llena de gente de sociedad y yo iba vestida de blanco y mi novio estaba debajo del velo mientras decían la misa y me miraba y me miraba, muy nervioso. Él se casó conmigo cuando se enteró de que yo estaba, ¿cómo decirle, doctor?, que yo estaba… ¿Usted se acuerda del cuento del hermano de él que tenía el esqueleto en el baño? Pues después de aquella noche vino a buscarme un día a la academia de arte dramático y salimos varias veces y tuvimos relaciones bastante íntimas y salí, quedé embarazada. Él que se llamaba, se llama todavía, Arturo y se negó a saber de mí después y yo fui a ver a Raúl su hermano y se lo conté todo y allí mismo él decidió casarse conmigo y fue así que nos casamos. Pero la noche de bodas, fuimos a pasar la luna de miel en Varadero, a la casa de sus padres que nos dejaron para nosotros solos y su padre le regaló una máquina nueva para la boda. La noche de bodas él se quedó hablando conmigo hasta bien tarde y se quedó solo abajo cuando subí a acostarme, diciéndome que él subiría después. Después fueron tres horas más tarde, que me desperté porque sonaba el teléfono, una persona de la policía, que me decían que él había tenido un accidente de tránsito. Estuvo tres días entre la vida y la muerte y al final se murió. Lo primero que hizo cuando recobró el conocimiento en el hospital, después del accidente, fue decir mi nombre, pero no habló más y durante el delirio decía cosas, palabras, que nadie podía entender. A la familia le dije que él había salido a buscarme algo de comer y que fue así que estaba en la calle tan tarde. Hubo dos cosas que no pude explicar bien: qué fue a buscarme a la calle, porque la casa estaba llena de comida y qué hacía por la carretera rumbo a La Habana dos horas después. La familia estuvo siempre fría conmigo después, pero fueron muy gentiles cuando nació la niña y fueron más gentiles todavía cuando dos años después lograron quitármela y llevársela para Nueva York, alegando que yo vivía una vida inmoral de artista, dijeron al juez. La niña tenía la misma cara de Raúl pero esta vez en el cuerpo indicado.





1967









Fotografía del escritor tomada en su casa en Londres
el verano de 1997 por Lalo Borja.










1 comentario:

lalo borja dijo...

Mucho le agradecería si junto la imagen del escritor Cabrera Infante añade el nombre del fotógrafo que produjo el retrato. No me molesta que se use la imagen siempre y cuando esté identificada con el nombre del autor.

Mil gracias.
Lalo Borja, fotógrafo, Inglaterra.
El retrato del escritor fue tomado en su casa en Londres el verano de 1997