Todos, naturalmente, recordamos a George Harrison como uno de los pilares (¿no lo fueron los cuatro?) de ese fenómeno de la segunda mitad del siglo 20 conocido como los Beatles. Pero para algunos, George, quien murió el pasado 29 de noviembre a los 58 años, fue un icono de otro fenómeno, igualmente influyente en la configuración actual de la música. Me refiero a la cultura del "world-music", o música del mundo, la que, a partir de los años 60, se ha convertido en un aspecto inescapable de nuestra vida musical. George fue uno de los primeros músicos de Occidente en reconocer la importancia de tradiciones musicales, tanto populares como clásicas, con milenios de antigüedad. Usando su considerable influencia y popularidad, fue uno de aquellos pocos que abrieron la puerta que, hasta ese entonces, había separado la música de gran parte del mundo de la de Occidente.
Su amistad de toda la vida con Ravi Shankar le representó a George la apertura de este nuevo mundo. Ambos se conocieron en Londres en 1966, y poco después él fue a la India para una visita de seis semanas. George compró un sitar en Delhi, y poco tiempo después el instrumento se escuchó en las nuevas grabaciones de los Beatles, comenzando con "Norwegian Wood" de Rubber Soul, siguiendo con "Within You Without You" de Sgt. Pepper y de ahí en adelante.
Nunca conocí a George. Pero lo que sí compartimos fueron nuestros encuentros con la música clásica india a través de Ravi Shankar. Mi primer encuentro con Ravi fue en París en 1965, y, para mí, la experiencia fue tan poderosa, y tan importante para mi desarrollo musical, como lo fue para George. Del mismo modo, yo me interesé en conocer la India y, de hecho, estuve en Bombay en 1966 cuando George estuvo allí. George se estaba hospedando en el prestigioso Hotel Taj Mahal, donde había empezado a estudiar sitar con Ravi. (Yo, por mi parte, sin que Ravi lo supiera, me estaba quedando a pocas cuadras de allí, en la definitivamente poco prestigiosa -pero bastante cómoda- hospedería del Salvation Army). En su autobiografía, Raga Mala, (con prefacio y muchas otras contribuciones de George Harrison), Ravi escribe con generosidad y afecto de los primeros años de su amistad.
El rol que Ravi desempeñó en la vida de George fue tan importante que creo que también debo incluir aquí unas palabras sobre él. Para el momento en que se conocieron, Ravi tenía 46 años y era un aclamado maestro de su música que había estado tocando y viajando a Occidente por décadas. No se puede exagerar la importancia e influencia que su presencia a largo plazo ha tenido para la música de Occidente en general.
Ravi tomó contacto inicialmente con la tradición occidental de música de concierto a través de Yehudi Menuhin, a quien conoció en Londres en 1956, y luego a través de muchos otros músicos en el campo clásico. Aparte de componer una serie de conciertos para sitar y orquesta, Ravi tocó frecuentemente en grupos de música de cámara junto a amigos suyos. De hecho, vi a Ravi, a Menuhin y a Jean-Pierre Rampal en Nueva Delhi en enero de 1998 cuando ellos estaban terminando la que sería su última gira juntos.
Puedo testimoniar personalmente sobre la influencia que tuvo Ravi sobre la música "experimental" de los 60. Fue un gran mentor para mí tanto como lo fue para George. Fue él quien estableció la dirección musical de los primeros años de mi grupo amplificado, y ha seguido siendo hasta el día de hoy mi amigo, colaborador ocasional y confidente musical.
El contacto de Ravi con la cultura pop comenzó en 1963, cuando conoció a Rory McEwan. No obstante, fue George, sin lugar a dudas, quien hizo que el público masivo conociera a Ravi.
Aparte de envolverse con la música de la India, George estaba genuina y profundamente impresionado por su cultura y religión. Cualquier persona seriamente interesada en la India, eventualmente (tarde o temprano), se verá motivada a conocer toda su cultura. En mi propio caso condujo a una ópera sobre Gandhi (Satyagraha), y a un interés de toda la vida en la filosofía, historia, arte, gente, comida típica, etc. de la India. Mi empatía con George viene de este encuentro amplio con la cultura india, que ambos compartimos y disfrutamos y que fue fuente de inspiración para los dos.
Este redescubierto interés en tradiciones espirituales antiguas (mayormente orientales) parece haber tocado a una variedad de artistas, escritores y músicos de aquella época. Artistas como John Cage, Allen Ginsberg, George Harrison y muchos otros se sentían profundamente perturbados y afectados por la ética de vida posmoderna europeo-americana. Parecía como si el materialismo de la sociedad en general se hubiese extendido más allá del simple consumismo de nuestro ambiente capitalista y hubiese invadido el mundo de nuestra cultura misma, produciendo una plétora de obras de arte frías e inhibidas en los campos de la danza, el teatro y la música -desde el "pop" de baja calidad hasta los ejercicios intelectuales en modernismo.
Mi punto de vista sobre la música de mediados hasta fines del siglo 20 nació de esta experiencia. Para mí, el gran evento del siglo 20 no fue la continuación del vanguardismo de la Europa central hasta su estertor final. Creo que la gran aventura musical de nuestro tiempo ha sido el surgimiento de una cultura musical mundial, que ignora las fronteras de geografía, raza o género. Desde esta perspectiva, el impacto de la vida y obra de George Harrison ha sido enorme. Él desempeñó un rol principal en la tarea de sacar a varias generaciones de músicos jóvenes del desierto seco y moribundo de la música eurocentrista y llevarlos hasta un nuevo mundo. No tengo la menor duda de que este será su legado más duradero. Y no sólo eso. Él abrió las puertas de este nuevo mundo musical con profunda convicción, gran energía y su propia y marcada claridad y sencillez.
Y, además, fue uno de los Beatles.
2 comentarios:
Aguante Felipe Vidrio!!!!
Minimal Music!!!!!!!!!
Reitero,.., siempre hay que mirar hacia oriente,.. persiguiendo soundtracks,...encontré a Glass, desde ahí, me enamoré de su música,.....
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