Ante el vuelo silencioso, el espejo como rostro de las aguas se despierta. Ha caído lejos el sol tras el ramaje i gigantes son los pasos del cosmos que se impone. Estrellas marchitas coordinan los nuevos ritmos ante lo que sobreviene desde el mar. Oscuras hadas renacen debajo de las hojas, mientras lascivos duendes levantan la mirada, sintiendo la sangre que los va llenando desde arriba.
Texto basado en el fragmento homónimo de Alberto Ginastera. Este poema es parte de la obra Breaking Glass, escrita en colaboración con Carlos Almonte.
2 comentarios:
Hola!
Qué loco ver una imagen de agua azul y cielo azul y tratar de acerla coincidir con el hermnoso y dorado marrón del Paraná...
Lástima que no podamos escuchar la música de Ginastera mientras leemos...
Ahora sí...
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