La tempestad que escurre, en las duras
hojas de la magnolia, los largos truenos
de marzo y el granizo,
(los sonidos de cristal en tu nido
nocturno te sorprenden, del oro
que se ha extinguido en las caobas, en los cantos
encuadernados de los libros, arde todavía
un terroncito de azúcar en la cobertura
de tus párpados)
el relámpago que cristaliza
árboles y muros y los sorprende en esa
eternidad del instante –mármol, maná
y destrucción– que llevas como una condena
esculpida en tu interior y que te liga
a mí más que el amor, extraña hermana
–y además el áspero reposo, y los tambores, la furia
de las panderetas sobre la oscura fosa,
el taconeo del fandango, y finalmente
algún torpe ademán…
Como cuando
te volviste y con la mano, la frente
despejada de la nube del cabello,
me saludaste- para entrar en la sombra.
1956
3 comentarios:
Es toda una lluvia de belleza.
Un abrazo.
Hola!
Qué pasa que hace días que no publican nada?????????????
¡¡¡¡¡¡Estamos de vacaciones!!!!!!!!!
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