viernes, diciembre 08, 2006
“Medio Levante”, de Sergio Badilla
Nos atábamos las manos para no darnos más golpes en la cara
había necesidad de destrucción como en toda guerra
sentimientos bajos de quien mata primero
lo miré de soslayo para no verle el rostro en sangre
allá afuera en el subterráneo del cosmos
una melodía me recordó a Chopin
tal vez el Concerto #3 para piano de Rachmaninoff
o sólo la presión arterial trepada en mis oídos o el linaje
chorreando de mis labios
con los que había dicho te quiero a esa mujer en la cantina
muy curtido, curtido como sarraceno
allí se rompió la tregua con unas bombas racimo
con ese traje de centurión romano de Ermenegildo Zegna
en el ágora de La Matriz
bien en marcha cabalgamos de vergüenza
hacia la oscuridad del muelle frente al malecón
cuando cayó otro obús en la residencia de los viejos santos
y salieron gritando los de la otra tribu
sionistas y siouxs
como si Gaza no fuera suficiente para sentirse enfermo
desvistiendo a sus transferidos tal fueran escombros de combate.
No entiendo qué fugaz virulencia me dejó medio muerto
o a medio morir saltando
pero fue beneficiosa esa noche
si bien nos dimos de golpes para esperar la madrugada.
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