miércoles, noviembre 22, 2006

"Celebrando al Profeta, que Dios le bendiga y le dé paz", de Yusuf Islam

Charla dada por Yusuf Islam (Cat Stevens) en Abu Dhabi, EAU, el 21 de abril de 2005
Traducido al español por Omar Ribas





El regalo de la Paz y la Luz del Islam; celebrando al Último de los Mensajeros de Dios al-hamd wa salawat-. Agradezco a aquellos implicados en que la invitación sea en esta bendita ocasión. En un mundo en el que la gente está rodeada por la oscuridad, la ignorancia y el miedo, es un signo de esperanza estar celebrando el mensaje de paz y luz del Islam, y el último gran Mensajero, que Dios le bendiga y le dé paz, nacido y escogido para entregarlos a toda la humanidad.

Mi visión del Islam y Muhámmad, que Dios le bendiga y le dé paz, antes de leer el Corán

Yo era como mucha gente en Occidente; bendito con unos avances materiales inmensos, una tecnología magnífica y unos sistemas políticos altamente evolucionados, pero criado casi en un estado de embarazosa pobreza respecto al conocimiento e información sobre el Islam. Imágenes de los musulmanes como extraños raciales, con extrañas costumbres religiosas, genios, alfombras mágicas, lunas y estrellas, guerra y derramamiento de sangre, las cruzadas, dominaban mi punto de vista; era lo que se me había presentado, lo que se podría decir que representaba al Islam, hasta que realmente lo descubrí cuando me dieron una traducción inglesa del Corán en 1976.

Unificación de la escritura de la humanidad bajo Dios Único

La primera lección que aprendí del Corán fue el mensaje de unidad y paz. Esta no era esa religión oscura, extranjera, que había esperado. Primero hablaba de la creencia en Dios Único Señor de toda la gente, creaciones y acontecimientos en este universo incomparable, hablando de nosotros como de naturaleza adánica; hijos de la humanidad de los mismos padres, Adán, la paz sea con él, y Eva, pertenecientes a la misma familia. Los versos hablaban de los demás Profetas como hermanos que predicaron la unificación de la escritura del género humano, mostrando a cada hombre y a cada mujer el camino al Paraíso. Vi los nombres de Jesús, de Moisés, de Abraham, de Jacob, de Noé, y por supuesto, crucialmente, el nombre de su último mensajero, el último mensajero de Dios, Muhámmad, que la paz de Dios sea con todos ellos. No había división que pudiera ver entre la enseñanza esencial de todos los Profetas y los hombres sabios de religión. El Corán indicó una declaración universal que definió a la verdadera fe y religión, dijo: “La virtud no consiste en volver el rostro hacia Oriente u Occidente; el que tiene virtud es el que cree en Al-lah, en el Último Día, en los ángeles, en los Libros y en los profetas, el que da de su riqueza, a pesar del apego que siente por ella, a los parientes, huérfanos, necesitados, hijos del camino, mendigos y para liberar a esclavos; el que establece el salat y entrega el zakat; el que es fiel a los compromisos cuando los contrae; el paciente en la adversidad y en la desgracia y en los momentos más duros de la lucha. Esos son los veraces y esos son los temerosos” (Sura al-Báqara, 2:177)

Descubrí que la palabra “Islam” significaba entrar en “paz” con Dios y con toda Su creación

Como no había signo de racismo o separación entre los Profetas, conocí que este libro era verdaderamente una Revelación del Dios Único. Desde ese momento me di cuenta que no me quedaba nada por hacer excepto ser un musulmán, y eso fue lo que hice hace veintiocho años atrás.

Después de aceptar el Islam, mi descubrimiento de la Sunna, el ejemplo vital del Profeta, que Dios le bendiga y le dé paz

Una de las cosas más maravillosas después de abrazar el Islam fue descubrir la vida única y la historia del bendito Profeta, que Dios le bendiga y le dé paz, que explicaban y enseñaban con el ejemplo práctico las palabras y las enseñanzas del Glorioso Corán, la Sunna. En la historia humana, hay miles de hombres que han influido el curso de la humanidad; todos han dejado su marca en las páginas del tiempo. Reyes, guerreros, filósofos, escritores, poetas… Pero ¿cuántos nos han pasado sin dejar ningún registro e imagen de su personalidad o ejemplo? ¿Cuántos nos han dejado una documentación tan perfecta de sus dichos y conducta, que continúa contribuyendo al bienestar presente y futuro de la humanidad? Por eso hoy, en Medina, en la Península de Arabia donde estamos ahora, encontramos un flujo sin fin de personas que visitan y dan los saludos de paz, y que invocan las bendiciones de Dios sobre el Mensajero de la Misericordia, Muhámmad al-Mustafá, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sál-lam. Desde cómo peinaba su pelo hasta la manera en que caminaba, de los detalles de sus momentos íntimos con su familia a los pronunciamientos y declaraciones del Profeta, que Dios le bendiga y le dé paz, referentes al discurso entre religiones y naciones, cada momento de su vida y enseñanzas proféticas han sido escrupulosamente guardados, puestos por escrito, y seguidas. El mayor legado es que beneficia al más amplio número de personas durante el período más prolongado de tiempo ilimitadamente. A nadie excepto el Profeta Muhámmad, que Dios le bendiga y le dé paz, le fue dado este papel como Sello del ensaje de Dios. El Corán lo confirma, “Realmente en el Mensajero tenéis un hermoso ejemplo para quien tenga esperanza en Al-lah y en el Último Día y recuerde mucho a Al-lah” (Sura al-Ahzab, 33:21).

Una de las cosas más importantes de su vida y misión fue la llamada a la humanidad a la unidad de propósito del universo. El hecho de que el Profeta, que Dios le bendiga y le dé paz, cuidara de cada ser humano e intentara con la mejor disposición asegurar su seguridad en el más allá, debe ser la más elocuente de sus característica compasiva y misericordiosa. “Una vez el Enviado de Al-lah, que Al-lah bendiga y le dé paz, dijo: “No hay nadie que atestigüe sinceramente que no hay más dios excepto Al-lah y que Muhámmad es su mensajero, que Al-lah lo salve del fuego del Infierno”. Su compañero Mu’ad dijo: “¡Oh Mensajero de Dios! ¿No debería informar a la gente de esto para que puedan tener buenas nuevas?” Replicó con vacilación: “(Quizás) Cuando la gente lo oiga, ellos sólo dependerán de esto”. (Sahih al-Bujari, 1:130)

Mientras que el Islam es proyectado hoy como enemigo y hostil al cristianismo, judaísmo y demás religiones, la verdad es que el Profeta, que Dios le bendiga y le dé paz, fue el gran educador, que enseñó a la gente el significado y la explicación de su propia religión, que corrigió y los asistió en seguir el camino recto, tal como enseñaron los Profetas y mensajeros previos. “Di: ¡Oh gente del Libro! Venid a una palabra común para todos: Adoremos únicamente a Al-lah, sin asociarle nada, y no nos tomemos unos a otros por señores en vez de Al-lah” (Sura Ali Imrán, 3:64)

Amor y Misericordia

Termino con una conclusión, que el Profeta, que Dios le bendiga y le dé paz, enseñó para aquellos que quieren aprender el Islam, y beneficiarse de la Misericordia que el Profeta, que Dios le bendiga y le dé paz, distribuyó a toda la gente, dijo: “No entraréis en el cielo hasta que creáis; y no creeréis hasta que os améis unos a otros. Extended “As-salam”. (La paz).



 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bonita mirada la de Yusuf Islamn. Sirve para apreciar las cosas del otro lado.

Anónimo dijo...

Yo no creo que el cristianismo considere, hoy, al islam como un enemigo sino como un camino diferente para llegar al mismo sitio, llámese éste: Dios, Yavhé, Alá o Elohim, en suma nos estamos refiriendo al mismo Ser único y Creador que desea la paz y la unidad entre todos.
Sucede que nosotros nos esforzamos en buscar diferencias que solo existen en la forma pero no en el fondo.

Saludos

Anónimo dijo...

al final, como decía charly garcía: "no hay nada".

Anónimo dijo...

creo que glauca habla en términos idealos y no prácticos. en la realidad se da una desconfianza implícita, basada en criterios de dominio cultural, religioso, ideológico e incluso económico.

aunque estoy de acuerdo con glauca en que debería ser como dice.

saludos.