domingo, septiembre 03, 2006

"De profundis", de Georg Trakl




E
s una rastrojera, en donde una negra lluvia cae.
Es un pardo árbol, que solitario está ahí.
Es un aire silbante, que rodea cabañas vacías.
Cuán triste este anochecer.

A lo largo del caserío
La dulce huérfana recoge aún escasa espigas.
Redondos y dorados sus ojos pacen en el crepúsculo
y su regazo aguarda al novio celestial.

De regreso a casa
los pastores hallaron el dulce cuerpo
putrefacto en el espino.

Una sombra soy lejos de aldeas sombrías.
Bebí el silencio de Dios
del manantial de la arboleda.

Sobre mi frente se posa frío metal,
arañas buscan mi corazón.
Es una luz, que en mi boca se apaga.

De noche me encontré en un brezal,
arrecian de inmundicias y de polvo las estrellas.
En el arbusto del avellano
suenan de nuevo ángeles cristalinos.








3 comentarios:

frodita dijo...

No entiendo muy bien de donde salio este proyecto, hasta un mail me llego, pero esta interesante, me quedare, leere un poco y mas seguramente volvere =)

Noctiluca dijo...

Hola

Lei poco a Trakl, pero este poema es de una honda belleza sombr'ia, y por lo tanto, tambien luminosa.

Gracias por visitarme en mi lugar. Me gusta por lo que vi hasta ahora, los autores a los que te dedicas.

Sigo leyendo, saludos argentinos,

Clara

Juan Solo dijo...

Buena elección de poema. De poeta pues ni qué decir, de los mejores alemanes de su momento. No por nada autores como Rilke, Heidegger, Michael Hamburger escribieron tanto sobre él.