viernes, agosto 04, 2006

«Isobel», de Juan Carlos Villavicencio





El lente vigilando la noche en busca de cometas,
aunque el bosque lo ha dejado ausente de colores.
Tambores resuenan desde lejos.
Escondida en una tumba bajo el agua,
recuerda antiguas palabras griegas dictadas junto al río,
                                         mientras dormía,
                                                                      o secreta lo miraba.
Ahí la oscuridad repetida por los miedos
            i ahora el calor asomado que ella busca
                          tras silencios o traiciones.
La fantasía que dejó cubrir el polvo del ático i las velas,
bajo el resguardo de pequeños esqueletos que sonríen,
desnuda en el abrazo i la sorpresa de creer.
Una polilla o un grupo de duendes rodeando
                          la luz de una primera huella que se asoma,
ajena a las miradas de cualquiera.
La ciudad resiente la visión del abandono,
pero ella decide en fantasías el olvido de atalayas del infierno
                                                                                o del oriente,
buscando fuegos derribados en la tierra,
o en las hojas que vendrán.



del libro inédito Poesía pagana / Björk’s













2 comentarios:

Anónimo dijo...

Piden comentarios profundos, solo puedo decir que me gusto mucho tu poesia que escuche en el "Chillan poesia", bueno volver a leerte, y gracias por el consejo del golpe de amaretto en el vodka naranja.Gracias por eso, y por la poesia.

Carmen

V i l l a v i c e n c i o dijo...

Estimada Carmen: gracias por tus generosos comentarios acerca de mis poemas y el recuerdo de Chillán y esas noches tan gratas. Más que nada te agradezco que hayas sido la primera en atreverte a escribir un comentario en este nuevo proyecto Descontexto. Ojalá estemos en contacto y (ahora para todos) podamos animarnos a escribir o enviar links o propuestas de todo lo que sea políticamente incorrecto a un sistema precario como el nuestro.

Un beso y suerte,
Juan Carlos