lunes, agosto 07, 2006

«El purpurado de charol», de Diego Maquieira





No parábamos nuestra alegría de bacanal,
nuestro delirante cortejo de matanzas
y desórdenes continuos
allá abajo en el hoyo del mundo
Veníamos saliendo de Les Assassins
del restaurant Les Assassins en Chile
muy curados, curados como frambuesas,
veníamos los Giorgio Armani, los Gianni Versace
y los también Gianfranco Fertinelli,
ya de regreso a subirnos a los Harrier
parados afuera frente a La Merced
cuando nos topamos con la abadía falsaria
Demonios,
Demonios, pero si es Georgie Boy otra vez
trayendo a sus fiambres devotos del Ayuntamiento
No sé qué infinita mala raja
lo traería hasta nosotros
pero fue precioso verlo paseándose de noche
con su sotana que parecía el acantilado.




Publicado en Los Sea Harrier (1984)
























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