Estos poemas son simples frases de
estados de amor
escritos en pocos días hace ya algún
tiempo. No es
pues, tan pequeño volumen, obra
literaria ni lo pretende.
Apenas si se atreve a ser una de las
tantas
lágrimas caídas de los ojos humanos.
Buenos Aires, 1926
II
¿Quién es el que amo? No lo sabréis jamás. Me miraréis
a los ojos para descubrirlo y no veréis más
que el fulgor del éxtasis. Yo lo encerraré para que
nunca imaginéis quién es dentro de mi corazón, y
lo meceré allí, silenciosamente, hora a hora, día a
día, año a año. Os daré mis cantos, pero no os daré
su nombre. Él vive en mí como un muerto en su
sepulcro, todo mío, lejos de la curiosidad, de la
indiferencia
y la maldad.
IV
Enemigos míos, si existís, he aquí mi corazón
entregado.
Venid a herirme. Me encontraréis humilde
y agradecida: besaré vuestros dedos; acariciaré
los ojos que me miraron con odio; diré las palabras
más dulces que jamás hayáis oído.
V
En este crepúsculo de primavera yo volaría, sí, yo
volaría. Si no fuera que el corazón henchido, cargado,
dolorido, enorme, llena mi pecho, dificulta mis
movimientos, entorpece mi cuerpo y me mantiene
adherida a la tierra donde tú vives, ¡oh mío!
en Poemas de amor (Descontexto
Editores), 2016
Primera edición, 1926
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