martes, mayo 24, 2016

“Santa Teresa de Ávila”, de Severo Sarduy






A Elizabeth Burgos

 Dios te perdone, Juan de la Miseria,
que la pintaste legañosa y fea,
y perdone también a quien la vea
bajo este ruin disfraz de la materia

y no bajo el de un ángel abrasado
que otro ángel, por amor, flecha y castiga.
-No hay nada que se piense o que se diga
más hondo que este amor y su cuidado-.

El reino recorrió diseminado
no la revolución, mas la reforma
radical, sin violencia –siempre y cuando

fuera posible-. Aunque maltrechos sobre
los caminos, sus pies fueron la norma.
De andar y desandar. De andar, la pobre.


en Obra completa, Tomo 1, 1999

Pintura: Fray Juan de la Miseria



Nota de Javier de la Cruz: Fray Juan de la Miseria, que alguna noción de pintura tenía, y por mandato del P. Jerónimo Gracián, pintó el rostro de la Madre Teresa en los últimos días, principio de junio de 1576, de la estancia de ésta en el convento de San José de Sevilla. (…) En el cuadro de fray Juan, realizado al óleo sobre lienzo con unas dimensiones de 82 por 78 centíme­tros, más allá de que fray Juan de la Miseria no fuera un gran artista, y a pesar de las imperfecciones técnicas que evidentemente tiene la pintura, nos encontramos con un documento histórico de primer orden, el rostro de la madre Teresa que vienen a coincidir con las descripciones que de Santa Teresa, nos dejase María de San José, quien afirma “era en todo perfecta, como se ve por un retrato que del natural sacó fray Juan de la Miseria, un religioso nuestro santo”. (…) Fray Juan de la Miseria, que no tenía una gran imaginación, y tal vez en este caso fuera lo mejor, copió directamente del natural, sin artificios, el rostro de la Madre Teresa. Las manos fueron pintadas después, y para que resaltasen las hizo en color oscuro sobre el hábito y claro sobre la capa. También son añadidos posteriores las inscripciones situadas en el lado derecho de la imagen, donde va el nombre y se anota la edad de la Madre y la fecha de ejecución del rostro: “Han sido numerosas las copias y las imitaciones del cuadro de fray Juan, hasta el punto de con­vertirse en norma para los pinto­res y grabadores que intentaron plasmar los rasgos físicos de San­ta Teresa. (…) El lienzo de fray Juan sirvió de base para el grabado que acompaña la primera edición de la las obras de San Teresa llevada a cabo por fray Luis de León en Salamanca en 1588, así lo reconoce la inscripción que va al pie del grabado: “Este retrato fue sacado de la Madre Teresa de Jhesus, fundadora de las descalzas carmelitas, pintolo frai Juan de la Miseria re­ligioso de la dicha Orden”.






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