jueves, abril 09, 2015

“Chica”, de Jamaica Kincaid









Lava la ropa blanca el lunes y ponla a secar en las rocas; lava la ropa de color el martes y tiéndela a secar en las cuerdas; no camines sin sombrero cuando hay sol fuerte; fríe los buñuelos de calabaza en aceite dulce muy caliente; pon en remojo tu ropa interior nada más quitártela; cuando compres algodón para hacerte una bonita blusa, cerciórate de que no tiene goma, porque perdería el apresto después de la primera lavada; deja en remojo toda la noche el pescado salado antes de cocinarlo; ¿es cierto que cantas «benna» en la escuela dominical? Come de tal manera que no revuelvas las tripas a nadie; los domingos intenta caminar como una dama y no como una zafia, que es en lo que parece que vas camino de convertirte; no cantes «benna» en la escuela dominical; no hables con chicos que parecen ratas del puerto, ni siquiera para dar indicaciones; no comas fruta por la calle —te seguirían las moscas—; pero si los domingos no canto «benna» y nunca en la escuela dominical—, así se cose un botón; así se hace un ojal para el botón que acabas de coser; así se cose un vestido, cuyo dobladillo se ha descosido; así se plancha la camisa de color caqui de tu padre para que no tenga arrugas; así se planta el okra: lejos de casa, porque los árboles de okra albergan hormigas rojas, cuando cultives dasheen acuérdate de regarla mucho: de lo contrario te picará la garganta cuando la comas; así se barre un rincón; así se barre una casa entera; así se barre un patio; así se sonríe a alguien que no te gusta mucho; así se sonríe a alguien que no te gusta nada; así se sonríe a alguien que te gusta mucho; así se pone la mesa para el té; así se pone la mesa para la cena; así se pone la mesa para cenar cuando viene un invitado importante; así se pone la mesa para el almuerzo; así se pone la mesa para el desayuno; así se comporta una en presencia de hombres que no te conocen muy bien, y de esta manera no reconocerán de inmediato a la zafia en que te he advertido podrías convertirte; no dejes de lavarte todos los días, aunque sea con tu propia saliva; no te agaches a jugar canicas —no eres un chico—; no cojas las flores de la gente: podrías enfermarte; no tires piedras a los mirlos, pues podrían no serlo; así se hace un budín de pan; así se hace doukona; así se hace una buena sopa de verduras y carne con pimienta; así se prepara una buena medicina para el resfriado; así se prepara una buena medicina para expulsar al niño antes de que se convierta en niño; así se pesca; así se devuelve al agua un pez que no te gusta y así evitas que te ocurra algo malo; así se domina a un hombre; así es como un hombre te domina a ti; así es como se ama a un hombre, y si no funciona hay otras maneras, y si no funciona, que no te apene el dejarlo correr; así se escupe en el aire si te apetece y así se aparta uno rápidamente para que no te caiga encima; así se sale al paso con poco dinero; estruja siempre el pan para asegurarte de que es tierno; pero ¿y si el panadero no me deja tocarlos? ¿Quieres decir que después de todo vas a ser realmente el tipo de mujer a la que el panadero no deja tocar el pan?



en Niñas malas, mujeres perversas
(Angela Carter, antologadora), 1989












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