jueves, agosto 17, 2006

«4 tres cientos sesenta y cincos y un 366 de onces», de Rodrigo Lira






dada la continuidad de la ausencia de tibieza
considerando la permanencia de las carencias y
          las ansiedades que se perpetran cotidianamente
          y el frío sobre todo en especial o solo
          o el frío completo en salchicha     con mayonesa viscosa
                                                                                  seminal y estéril
          la sábana sucia que cubre monstruosos ayuntamientos
          la escasez de radiación solar
                       (lo poco que alcanza a llegar a través del monóxido de
carbono, el humo de chimeneas pastizales que se queman en febrero cigarrillos
chimeneas tubos de escape tubos chimeneas humo)
                       de la que tiene que atravesar además esa sucia sábana
          que cubre apenas –como mera sábana polucionada–
          esas teratológicas cópulas esos coitos de ahítos
                       esas violaciones y estupros
                       y las ondas
de radio en amplitud o frecuencia modulada
las largas y las cortas ondas
                       de radio de televisión o télex
las ondas que emiten las antenas emisoras
                       y las receptoras, que también reciben
esas ondas que la luz solar debe atravesar
          lo inconcebiblemente banal y eficazmente hipnógeno
de lo que se radiodifunde y televe
                       lo opaco de los cristales
                             «color humo por dentro
                             espejo color bronce hacia el exterior» 
                       los cristales que dispersan los que refractan
los que cromatizan la luz   lo exiguo de la tasa de luz que alcanza
a corresponder per cápita, por cabeza
                       lo gachas que se encuentran estas últimas
                       (lo desigual de la tasa de luz de cabeza a cabeza)
                       lo sucio de la sábana que lo cubre todo
                                   o casi todo
                                   o hartas cosas
                       (la sucia sábana no se cubre a sí misma)
considerando también los olores a añejo, a podrido a quemado o
infectado
                      parece que como que hubiera que hacer alguna cosa
                      Aunque cabe la posibilidad de que sea mejor
                                  no hacer nada
                                  nada hacia la izquierda
                          nada
                  hacia
               la
          derecha
                       nada hacia adelante tampoco, más aún,
especialmente, nada hacia adelante –está la inercia
           nada hacia atrás, no se puede,
trate usted de nadar hacia atrás, no se puede, la historia
                                                                                         no retrocede
–está la historia
–están las bayonetas de la historia bajo las banderas de la historia
–está la sangre en las bayonetas de la historia bajo las banderas de la historia
           coagulada ya, reseca, más bien, como yesca
yesca de sangre sobre las bayonetas de la historia bajo las banderas de la
           historia -de lo que está atrás
           (no fumar, peligro grave de incendios, demasiada yesca
–sangre seca– atrás)
Nada tampoco ni hacia arriba ni hacia abajo ni hacia adentro ni hacia afuera
           nada hacer, no hacer nada
–cruzarse de brazos– sentarse en posición de loto –tirarse boca arriba y
–mirar el cielo
           (nada hacia arriba; no pensar en escalar el cielo)
–tirarse boca abajo, la mejilla pegada al suelo
                                                                                   o hundida en el barro
(no pensar en hundirse; no evitar hundirse)
           al menos cabe la posibilidad de que eso fuera lo que
parece que como que hubiera que hacer, la cosa aquella
                                                                                               alguna
cabe la posibilidad de que eso fuese: alejarse de la acción
           con las manos en los bolsillos
o con las manos tomadas a la espalda
o con las manos enlazadas en la nuca
           o levantadas   mirando el suelo
                                       a patadas con las piedras
                                       aplastando descuidadamente
eventuales caracoles cuncunas, lombrices o cucarachas distraídos-as?
           –jamás tomarán venganza–
alejarse de la acción: irse despacio a ninguna parte
                                         pues no hay donde irse
                                         pero hay que irse
–tal vez, digo yo, como que habría que irse   –a ninguna parte
–tal vez haya donde esconderse, no sé
                                                                                  en todo caso sería preciso
no salir a la calle:
           los sujetos que en París rayaron las murallas de mayo
graficaron las palabras francesas que traducidas al idioma español dicen:
           la/acción/está/en/la/calle
                                                             y si hay que alejarse de la acción
sería inconsecuente tomar una micro
           tomar el metro, una liebre, un bus urbano o interurbano,
tomar
bebidas alcohólicas o de cola o cafecitos
habría que morirse de hambre, pienso
secarse en una esquina poco frecuentada o en un sótano oscuro, digo yo
porque las torres Santa María podrán ser los edificios más altos de Chile
pero haga usted la prueba de subir
–tendrá que ir bien vestido–
tomar uno de esos ascensores que adivinan el pensamiento o poco menos
y que son tan veloces como altas son esas torres
y llegue lo más arriba que pueda, hasta la terraza, si es posible
actúe hacia arriba para después tirarse y no hacer nada
abastecido de libertad por lo libre de la caída
que te hace abrir los brazos y planear, acercándote a tu reflejo
que se acerca hacia arriba desde los espejos de agua
con tu imagen multiplicada por los vidrios que por fuera son espejos
que reflejan tu imagen cayendo de modo que tú no alcanzas a ver adentro
pero que no les impide verte dentro pasar volando en caída libre
–y creerían que pasó un ángel y habrá un momento de silencio…–
No podrás: alguien sujetará a usted del brazo justo a tiempo
                      alguien o algo, algún robot por ejemplo
                      y alguien –o algo– llamará a una ambulancia
a través de un citófono a un teléfono que llamará a una central que pasará
            el mensaje a otro teléfono etcétera
todo a velocidad escasamente menor que la de la luz o la de tu cuerpo
en la frustrada caída
            probablemente el radio del radiopatrulla no será necesario
habrá una sirena o tal vez no, habrá en todo caso un silencio eléctrico
de terapia de choque tac/
                                                 un vacío
                                                                   y un hueco para ti en una terapia
                                  de grupo
                                  de un grupo cualquiera
y sean cuales fueren los cuentos que te cuenten, desgraciado
la cuenta que te pasen
                                                  saldrás del hospital clínica o centro médico
tarareando gracias a la vida
motivado por los avisos y consejos de la publicidad que nos ayuda a vivir mejor
          desde la radio o el televisor
que tanto habrán contribuido a tu curación
                       rumbo al local más cercano
                       en que se pueda jugarle una cartilla a la
Polla Gol      a cambio de un templo donde sacrificar un
gallo a Esculapio    que ya no se usan esas cosas, pues hombre
                       para después entretenerse un rato mascando
chicle de un sabor predilecto
                       en la máquina de pinbol o pinpong electrónico
            O sea que en resumen habría que morirse sin alharaca
           sin pánico cundiendo ni cúnico pandiendo ni púnico candi  endo
suave, callado el loro
                       morirse
o quedarse en la vereda como un pedazo más grande que el promedio
                       de basura
saboreando algo así como un candi masticable o un goyak
y hasta incluso un caramelo bueno, de Serrano, o fino,
de Ambrosoli,
                       pero muriéndose,
                                                          muriéndose sin alharaca,
                                                                                  muriéndose.







 

en Proyecto de obras completas (1983),
edición a cargo de Enrique Lihn.













Nota DscnTxt: Hemos decidido recuperar este texto con este tamaño de letras, ya que hay versos demasiado extensos que alteran el diseño del blog en su totalidad si intentamos mantener el tamaño original de éstas. Las negritas –esperamos– faciliten la lectura de este texto.










1 comentario:

Anónimo dijo...

rodrigo lira...también me estuve acordando de él hace poco...y vi otra vez topologia del pobre topo de hernan dinamarca...

me gusta ars poetique dos entre otros , muchos...en estos dias he pensado en ese poema.....la poesia acabó conmigo...pero hay algunos que se adelantaron y acabaron con ella,...hace mucho...el vacío...el vacío ...

leerè tu blog ...si...llegué por elella...y me encontré con un par de cosas mas que me intersaron, pero esto sobre todo...

saludos...y un abrazo

roxana