miércoles, febrero 14, 2024

«Un poema para Gaza», de Remi Kanazi

Traducción de Juan Carlos Villavicencio

 


Nunca conocía la muerte hasta que vi el bombardeo al campo 
          de refugiados
Cráteres llenos de tobillos desfigurados y salpicados torsos 
Pero sin señal de cara alguna, la única impresión un grito que se desvanece
Nunca entendí el dolor
Hasta que una niña de siete años se aferró a mi mano
Me miró con suaves ojos marrones, esperando respuestas
Pero yo no tenía nada
Sólo la respiración apagada y lápices sin tinta en mi bolsillo de atrás
Que no podrían llenar páginas de acuerdos o entendimientos

En la otra mano sostenía la llave de la casa de su abuela
Pero no pude abrir la celda que retenía a sus hermanos mayores
Dijeron: con una honda tiramos sueños para que el otro lado sienta 
          la presencia de nuestro padre
Un artesano
Construía casas en zonas donde nadie construía
Y cuando cayó, se quedó en silencio
Una bala calibre .50 rasgó su cuello destrozando sus cuerdas vocales
Demasiado cerca del muro 
Su martillo debe haber sido un arma
Él debe haber sido un arma
Invadiendo las colinas de los asentamientos y la demografía

Entonces su hija estudia matemáticas
Siete explosiones por ocho cuerpos
Es igual a cuatro Resoluciones del Congreso
Siete helicópteros Apache por ocho aldeas palestinas
Es igual al silencio y una segunda Nakba
Nuestra tasa de natalidad menos su tasa de natalidad
Es igual a un mar y 400 pueblos reconstruidos
Un estado más dos pueblos… y ella no puede dejar de llorar
Nunca conoció la revolución o la ecuación adecuada
Lágrimas en el papel con la punta de sus dedos
Buscando respuestas
Pero sólo tiene profesores
Mira hacia el cielo y ve estrellas de David demoliendo la miseria 
          con misiles cargados de fuego del infierno

Ella evoca palabras y recuerdos de su último abrazo antes de que él 
          se volviera y cayera
Ahora bombea agua sucia de pozos, mientras los asentamientos se dividen 
          y conquistan
Y el asesino de su padre se sienta frente a la playa 
          con su vernácula lengua europea
Ella evoca las palabras, mientras ellos piensan hacia atrás
En nociones obscenas y confusión indígena

¡Esta es nuestra tierra!, dijo
Ella tiene siete años
¡Esta es nuestra tierra!, dijo
Y no necesita un libro de historia ni un maestro de escuela
Ella tiene estos muros, este cielo, su campo de refugiados
Ella no conoce la ecuación adecuada
Pero ella ve mis lápices sin tinta
Ya no espera mis respuestas
Sólo sostiene la llave de su abuela… buscando algo de tinta











A Poem for Gaza

I never knew death until I saw the bombing of a refugee camp / Craters filled with disfigured ankles and splattered torsos / But no sign of a face, the only impression a fading scream / I never understood pain / Until a seven-year-old girl clutched my hand / Stared up at me with soft brown eyes, waiting for answers / But I didn't have any / I had muted breath and dry pens in my back pocket / That couldn't fill pages of understanding or resolution // In her other hand she held the key to her grandmother's house / But I couldn't unlock the cell that caged her older brothers / They said, we slingshot dreams so the other side will feel our father's presence / A craftsman / Built homes in areas where no one was building / And when he fell, he was silent / A .50 caliber bullet tore through his neck shredding his vocal cords / Too close to the wall / His hammer must have been a weapon / He must have been a weapon / Encroaching on settlement hills and demographics // So his daughter studies mathematics / Seven explosions times eight bodies / Equals four Congressional resolutions / Seven Apache helicopters times eight Palestinian villages / Equals silence and a second Nakba / Our birthrate minus their birthrate / Equals one sea and 400 villages re-erected / One state plus two peoples...and she can't stop crying / Never knew revolution or the proper equation / Tears at the paper with her fingertips / Searching for answers // But only has teachers / Looks up to the sky and see stars of David demolishing squalor with hellfire missiles // She thinks back words and memories of his last hug before he turned and fell  / Now she pumps dirty water from wells, while settlements divide and conquer / And her father's killer sits beachfront with European vernacular / She thinks back words, while they think backwards / Of obscene notions and indigenous confusion // This our land!, she said / She's seven years old / This our land!, she said / And she doesn't need a history book or a schoolroom teacher / She has these walls, this sky, her refugee camp / She doesn't know the proper equation / But she sees my dry pens / No longer waiting for my answers / Just holding her grandmother's key… searching for ink 








1 comentario:

Fackel dijo...

Cuánta cruekldad y cuántos crueles. El gobierno del pueblo elegido se está cubriendo de una maldita gloria, con la complicidad de tanbtos otros, siquiera por omisión (una forma no menos activa) o con acción (aportando armamento a gran escala al agresor) Gracias. Un tema que me tiene muy sensible y avergonzado.