lunes, julio 16, 2018

“El verdugo”, de Diego Muñoz Valenzuela





El verdugo, ansioso, afila su hacha brillante con ahínco, sonríe y espera. Pero algo debe vislumbrar en los ojos de quienes lo rodean, que petrifica su sonrisa y se llena de espanto.

El Heraldo se acerca al galope y lee el nombre del condenado, que es el verdugo.



en Nada ha terminado, 1984











1 comentario:

Fernanda Medina Núñez dijo...

Me dejó sorprendida el desenlace