Tengo una cabaña miserable;
no me cubre del viento ni la lluvia.
En una casa pequeña es fácil estar
tranquilo.
¿Cómo no extrañar mi antigua morada?
Mi ropa es remendada,
la recoso con algodón.
Los escasos hilos apenas sujetan los
retazos,
pero alcanzo a protegerme en el
invierno.
Tengo una calabacita
que siempre está vacía;
puede servirme para el agua,
puedo en ella beber vino.
Mi cama es corta, debo recoger
mis piernas al tenderme.
Cuando el gallo canta, me levanto.
Al oscurecer el cielo, me acuesto.
Algunas veces es el cielo, otras, la
tierra.
Otras veces la mañana, otras, la
tarde.
Algunas veces estoy sobrio, otras, ebrio.
Algunas veces me despierto, otras,
duermo.
Mis ojos ya no ven.
Mis oídos ya casi no oyen.
La vida es mi principio.
La muerte mi final.
en Poesía china
(Antología), 1960
No hay comentarios.:
Publicar un comentario