lunes, junio 29, 2009

«Caballos sin luna a medianoche», de Jack Gilbert

Traducción de Juan Carlos Villavicencio




Nuestro corazón vaga perdido en los oscuros bosques.
Nuestro sueño batalla en el castillo de la duda.
Pero hay música en nosotros. La esperanza es derribada
pero el ángel vuela de nuevo llevándonos con ella.
Las mañanas de verano comienzan pulgada a pulgada
mientras dormimos, y caminan con nosotros después
como una belleza de piernas largas a través
de sucias calles. No es sorpresa
que el peligro y el sufrimiento nos rodeen.
Lo que asombra es el canto.
Sabemos que los caballos están ahí en el oscuro
prado porque los podemos oler,
podemos escucharlos respirar.
Nuestro espíritu persiste como un hombre luchando
a través del valle congelado
que de repente huele flores
y comprende que la nieve se está derritiendo
fuera de su vista en la cumbre de la montaña
y sabe que la primavera ha comenzado.







en Refusing Heaven, 2005










Horses At Midnight Without A Moon

Our heart wanders lost in the dark woods. / Our dream wrestles in the castle of doubt. / But there's music in us. Hope is pushed down / but the angel flies up again taking us with her. / The summer mornings begin inch by inch / while we sleep, and walk with us later / as long-legged beauty through / the dirty streets. It is no surprise / that danger and suffering surround us. / What astonishes is the singing. / We know the horses are there in the dark / meadow because we can smell them, / can hear them breathing. / Our spirit persists like a man struggling / through the frozen valley/ who suddenly smells flowers / and realizes the snow is melting / out of sight on top of the mountain, / knows that spring has begun.









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