Hay
libertadores
de
grandes patillas sobre el rostro,
que
vieron regresar muertos y heridos
después
de los combates. Pronto su nombre
fue
histórico, y las patillas
creciendo
entre sus viejos uniformes
los
anunciaban como padres de la patria.
Otros,
sin tanta fortuna, han ocupado
dos
páginas de texto
con
los cuatro caballos y su muerte.
en Comentarios reales, 1964
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