Pensar es una incomprensible
insistencia,
algo así como alargar el perfume de
la rosa
o perforar agujeros de luz
en un costado de tiniebla.
Y es también trasbordar algo
en insensata maniobra
desde un barco inconmoviblemente
hundido
a una navegación sin barco.
Pensar es insistir
en una soledad sin retorno.
en Antología esencial, 2001
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