lunes, octubre 10, 2011

“Especies intencionales”, de Andrés Anwandter







Mientras estos ojos envejecen
el mundo permanece como nuevo.

Reluce en las mañanas
y difunde por la tarde su brillo

en todas direcciones. Mientras esta
mirada se curva hacia dentro

y forma una cuenca y recoge
la lluvia constante de escenas

el mundo permanece como un plano
inclinado y las imágenes resbalan

al abismo de la historia.
Mientras estos
ojos se licuan a nivel de las
pantallas

y se agitan y remansan bajo el cielo
estrellado de los párpados, el mundo

es un mar donde las luces tranquilas
se mecen y migran en círculos

concéntricos sin rumbo. Mientras esta
mirada abandona las órbitas

fijas del globo ocular, el mundo
recorre una elipse a la inversa.

Y retorna a su centro en el sueño.




en Especies intencionales, 2001











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