por Enrique Martínez
En el año 1969 Miles Davis siente nuevamente la necesidad de cambiar. Era un impulso innato e irrefrenable en él, que le había llevado a tener una influencia decisiva en algunos de las más importantes cambios de tendencia dentro del Jazz. A finales de los años cuarenta impulsó el movimiento Cool con sus grabaciones con el noneto arreglado por Gil Evans (recogidas en Birth Of The Cool). Sus trabajos orquestales con el propio Evans a finales de los años cincuenta (Miles Ahead, Sketches Of Spain) crearon escuela y aún fascinan. El trabajo de Hard Bop de su primer quinteto a mediados de los cincuenta es considerado como algunas de las mejores grabaciones de todos los tiempos, a pesar de no haber sido excesivamente innovador en su momento. Y decirlo ahora afortunadamente es un poco tópico, pero no está de más recordar que Kind Of Blue convirtió su improvisación modal en el estándar inmejorado de los siguientes diez años, y que aún hoy representa, tal vez, la cumbre del Jazz como expresión artística. Pero este enésimo salto no fue comprendido por todos, acusándolo de convertirse en un hereje y de prostituirse comercialmente. Sin duda se trató de un cambio radical, impulsivo, pero que salvó su comercialmente maltrecha carrera.
Para llevarlo a cabo Davis se miró en el espejo del rock y del emergente Funk. Miles era consciente de que por aquel entonces el favor y el cariño del público negro (su predilecto) hacía tiempo que se dirigía a los coloristas sonidos de Sly & The Family Stone y, antes ya, al soul más académico. Y que el público blanco se hallaba fascinado por un músico negro de rock, al cual Davis respetaba por su pericia e imaginación: Jimi Hendrix. Cada vez más convencido de la conveniencia de introducir instrumentos eléctricos en el Jazz, cada vez más insatisfecho con su propia música y con la dirección que estaba tomando el Jazz ("la fealdad del Free-Jazz" como él mismo la definió) su nuevo cambio de rumbo tiene un primer golpe de timón con In A Silent Way (1969), un disco atmosférico, hermoso y melódico, pero radicalmente nuevo. El siguiente golpe lo da con Bitches Brew [1]. A partir de aquí no había, y de hecho no hubo, vuelta atrás.
Fue publicado originalmente como álbum doble de vinilo con tan sólo seis cortes de larga duración, y ahora está reeditado en CD doble con un corte añadido ("Feio", grabado meses después de las sesiones) y también en un Box-set que contiene todas las grabaciones (The Complete Bitches Brew Sessions (Columbia/Legacy). Para grabarlo se nutrió de un personal muy amplio para que grabase simultáneamente: dos baterías (Lenny White y Jack DeJohnette), dos percusionistas (Don Alias y Jim Riley), dos pianistas (Chick Corea y Joe Azwinul), dos bajistas (Harvey Brooks y Dave Holland), un guitarra (John McLaughin), un saxo barítono (Wayne Shorter), un clarinete (Bernie Maupin) y él mismo. Todos ellos músicos jóvenes y virtuosos, situados muchos en algunas de las formaciones más punteras de la cada vez más bollante fusión Jazz-Rock. Con ellos entran sonidos que los puristas rechazan, algunos de los cuales ya figuraban en discos anteriores de Davis: bajos y pianos electricos, el frenetico punteo de McLaughin. En esta ocasión, incluso, él mismo trata su trompeta con efectos de sonido inéditos, ecos y delays, tal y como haría también en los años setenta con el "wah-wah".
Pero el absoluto radicalismo de la propuesta de Davis y Teo Macero (su productor y mano derecha absoluta) desconcierta a los propios músicos, que abandonan el estudio convencidos de no haber grabado piezas enteras válidas de música en las tres sesiones. Y ahí esta la otra innovación de Davis y Macero, su "agenda oculta". Después de la grabación se consagran durante semanas a un minucioso y laborioso trabajo de posproducción, seleccionando las tomas buenas, juntándolas y pegándolas, y en algunos casos repitiendo los mismos fragmentos grabados en una única ocasión como si fuesen los propios riffs de los temas, por medio de primitivos loops. Todas la técnicas del overdub, mucho más habituales y empleadas en el Rock que en el Jazz, son llevadas aquí mucho más allá de lo que el propio Rock hacía por aquel entonces. Cuando el resultado final llega a la calle se produce un fenómeno de aceptación por parte de la audiencia rock, que consagra el disco al lado de obras entonces en boga como las de Santana, o grupos de desarrollos instrumentales densos como Grateful Dead. El sonido atmosférico del doble sexteto de Davis conecta en cierto modo con la onda reinante, pero en realidad oculta mucho más.
Bitches Brew es aún hoy una propuesta radical y rompedora, profundamente contemporánea. Es un disco de Jazz absolutamente atípico, porque aunque está construído a partir de improvisaciones colectivas muy libres, el énfasis se ha puesto en el groove y en las texturas, y no en los desarrollos de los propios temas, a veces carentes de ellos. Con una sección rítmica tan amplia, la resonancia de la percusión y de los bajos se hace insistente. Es una música nerviosa, sensual, colorida, atmosférica, falsamente progresiva, más bien cíclica e hipnóticamente reiterativa, aunque en ocasiones también muy desestructurada. Y resulta por todo ello una fuente aún no agotada de ideas que mantiene fascinado hoy día, y con razón, a mucha de la intelligentsia rockera. Es citado con veneración por luminarias como Thom Yorke o Bobby Gillespie, por ejemplo. Lógico, pues aunque éste no fuera el primer disco de Jazz Rock, sí fue el primero que mostó el nuevo subgénero como algo más que una mera y abigarrada yuxtaposición de las estéticas de dos mundos que siempre se habían mirado con profundo recelo, cuando no con con verdadera indiferencia, e incluso beligerancia.
"Pharoah's Dance" abre el disco y ocupa con sus veinte minutos toda la antigua Cara A. Es el tema en el que más se pueden notar las señas de identidad de Bitches Brew. Repleto de loops y editajes, con un motivo recurrente que contiene la trompeta de Davis tratada con el delay mencionado, con McLauglhin tocando unas nerviosas y minimales figuras rítmicas, los pianos y baterías repartiéndose el trabajo, el saxo de Shorter peleando por encontrar intuitivamente su lugar en la maraña de sonidos que produce una banda tan extensa, no hay duda ante todo esto de que el disco es un mundo en sí mismo. Extremo confirmado por la homónima Bitches Brew" que se desarolla de manera similar durante casi veintisiete minutos.
"Spanish Key" y "Miles Runs The Voodoo Down" son, tal vez, la cumbre del disco. Frente a cierta sensación de cansancio y alargamiento excesivo que producen algunos momentos de los maratones del primer disco, aquí la frenética tensión del banda es sostenida en todo momento, sin que sobre ni un minuto de improvisación, con un McLaughlin en papel estelar. "Sanctuary", una composición de Shorter que Davis ya había tocado en otras ocasiones con un tratamiento absolutamente diferente, es el momento más melódico del disco. Pero el peculiar método de Bitches Brew provoca que el arreglo al que es sometido el tema resulte sorprendente y original. Como siempre, la trompeta de Miles se eleva sobre el resto de sonidos para dibujar figuras de azul transparente, de enorme belleza y sugerencia con los mínimos trazos. Ese es en realidad el hilo conductor de toda la movida trayectoria de Miles Davis, en perpetua y gloriosa rebeldía contra su propia obra.
Y así hace más de treinta años Davis tomó prestado del rock lo que creyó que hacía falta para intentar salvar al Jazz. Ahora vemos como el antaño arrogante rock quiere que se lo devuelvan, y con intereses. En realidad, y si depende de lo invertido en este disco, no habrá ningún problema de solvencia para cobrar.
El Jazz ha sido siempre una música de fusión. Desde sus inicios a fines del siglo XIX, el Jazz se desarrolla y evoluciona sin mayores pretensiones mezclando con gran facilidad la música popular norte-americana, el Son cubano, la Samba brasilero, el Tango argentino, entre otros géneros. En su enfoque contemporáneo, el Jazz mantiene las huellas que dejaron estos estilos. Sin embargo, el concepto de fusión en el Jazz se torna más evidente y relevante hacia fines de la década de los años 60 y especialmente por Miles Davis y su obra Bitches Brew. Este álbum es el resultado de la combinación de ideas que venía forjando de años y de una abrupta ruptura con su pasado. Davis ya había usado teclados eléctricos y guitarras y ritmos rockeros como también post producciones en el estudio (In a Silent Way y Filles de Kilimanjaro).
En Bitches Brew usa todos estos elementos y crea un álbum de improvisaciones. En vez de preocuparse de crear armonías sofisticadas o experimentos estructurales, Miles enfoca la obra en simples melodías sobre repetitivos e hipnóticos acompañamientos rítmicos. En su autobiografía Miles relata: "Yo conducía, como un director de orquesta, cuando empezamos a tocar, y escribía un trozo de música para alguien o le indicaba que tocara cosas diferentes que yo oía mientras la música crecía y se transformaba. Las sesiones de grabación fueron un proceso del desarrollo creativo, una composición viva. Como una fuga, o un motiv, al que todos reaccionábamos. Después que llegaba hasta cierto punto, le pedía a un músico que tocara algo diferente". Una jam session magistral.
El surco más interesante es Bitches Brew dura 26 minutos –es un resumen del disco. Dos baterías y dos contrabajistas marcan un ritmo concentrado, dándole espacio a Miles para que cree un solo maravilloso. El tema lo habían ensayado la noche anterior y fue el primero en grabarse. Ilustra la manera en que Davis dirige e influencia a los músicos mientras improvisan. Un ejemplo ocurre en el séptimo minuto. El grupo aparentemente ha perdido el hilo de la improvisación y está a punto de fracasar. Miles dice: "Keep it like that!", segundos después, cuando el tema recobra brío, se dirige a McLaughlin : "John!", éste se hace cargo y el tema resucita.
En Bitches Brew hubo un brillante e innovador trabajo de post-producción; obra de Teo Macero quien, junto a Miles, pero más veces por si solo, escogió las tomas, las editó y creó de todo eso el producto final. Usó cámaras de eco, reverberación y loops o repeticiones para alargar ciertos trozos de cinta. En "Pharaohs's Dance" de Zawinul, un tema con toques orientales y un ritmo casi inexplicable, Davis y Shorter crean un mantra jazzístico; el piano Rhodes de Zawinul es lúgubre. McLaughlin y Maupin también participan en la improvisación. Pero el surco que conocemos no tiene nada que ver con la grabación original. Macero cortó y pegó el tema en 19 lugares; sus anotaciones, que repito aquí, nos indican dónde y cómo las hizo:
Parte 1: 0:10 Figura # 1 Loop A; 0:15 Vamp #1; 0:46 Figura #2; 0:56 Vuelve a parte b; 1:29; 1:39 vuelve al principio, Loop A-1; 1:51 pedal B; 2.22 Loop B; 2:32 entra Miles -2:54; 3:31 Miles regresa; 5:40 Maupin en clarinete bajo; 7:55 Vamp #1 Loop;
Parte 2 – statement 1
8:29 Parte II introducción; 8:42 trompeta con eco, Loop; 8:44 Part II introducción, Loop; 8:52 frase rítmica de dos compases; 8:54 cuatro Loops de la frase, Loop; 8:59 vamp Parts 1 y 2, solo de Miles; 11:48 solo de Shorter; 12:53 solo de McLaughlin;
Part 2 – statement 2
15:58 Part 2 vamp 2; 16:38 Miles entra con la melodía; 20:02 el tema concluye.
Las ventas de LP durante el primer año llegaron a 400 mil copias, algo sin precedente para Davis, su álbum que más había vendido hasta entonces sólo alcanzó a vender 100 mil copias. Algunos críticos acusaron a Davis de haberse vendido al mercado pop. Sin embargo, lo extraordinario de Bitches Brew es que Miles en ningún momento imita las tendencias del pop o del rock de la época. Todos los surcos del LP doble original duran más de 10 minutos, excepto "John McLaughlin" con poco más de 4 minutos. Esto eliminó las posibilidades de exposición en las radios pop. No hay arreglos, ni melodías, ni ritmos bailables, ni canciones con letras fáciles de memorizar. Con Bitches Brew Miles agregó a su público hordas de fans del Rock, pero también perdió el apoyo de sus fieles seguidores. El nuevo vocabulario musical e instrumentación electrónica que Davis introdujo no les interesó y lo abandonaron permanentemente.
Después de casi 35 años, Bitches Brew se mantiene como una obra sólida que exige el respeto de críticos y aficionados. Se puede decir tanto de esta música, pero prefiero que hable por sí sola. He pasado muchas sesiones escuchando las distintas ediciones de Bitches Brew, y me vienen tantas imágenes e ideas mientras escucho. Cada sesión es diferente, siempre descubro algo nuevo y fascinante.
Discografía: The Complete Bitches Brew Sessions
Título: The Complete Bitches Brew Sessions
Sello: Columbia Legacy C4K 65570
Número de temas: 21
Detalles: 19 de agosto de 1969; 20 de agosto de 1969; 21 de agosto de 1969; 19 de noviembre de 1969; 28 de noviembre de 1969; 27 de enero de 1970; 28 de enero de 1970; 6 de febrero de 1970
Nota: sólo se muestran los temas en los que participó Miles Davis (264:27).
Disc 1
Disc 2
Miles Runs the Voodoo Down (M. Davis) Ago 20, 1969
Disc 3
Trevere (M. Davis) [take 5] Nov 28, 1969
Disc 4
Feio (W. Shorter) [take 1] Ene 28, 1970
Músicos:
Agosto 19, 1969: Miles Davis (tpt) Wayne Shorter (ss) Bennie Maupin (bcl) John McLaughlin (g) Chick Corea (el-p) Josef Zawinul (el-p) Dave Holland (b) Harvey Brooks (el-b) Jack DeJohnette (d) Lenny White (d) Charles Don Alias (d, perc) Jumma Santos (perc)
Agosto 20, 1969: Miles Davis (tpt) Wayne Shorter (ss) Bennie Maupin (bcl) John McLaughlin (g) Chick Corea (el-p) Josef Zawinul (el-p) Dave Holland (b) Harvey Brooks (el-b) Jack DeJohnette (d) Jumma Santos (perc)
Agosto 21, 1969: Miles Davis (tpt) Wayne Shorter (ss) Bennie Maupin (bcl) John McLaughlin (g) Chick Corea (el-p) Josef Zawinul (el-p) Larry Young (el-p) Dave Holland (b) Harvey Brooks (el-b) Jack DeJohnette (d) Lenny White (d) Charles Don Alias (d, perc) Jumma Santos (perc)
Noviembre 19, 1969: Miles Davis (tpt) Steve Grossman (ss) Bennie Maupin (bcl) Herbie Hancock (el-p) Chick Corea (el-p) John McLaughlin (g) Khalil Balakrishna (sitar) Bihari Sharma (sitar, tamboura) Ron Carter (b) Harvey Brooks (el-b) Billy Cobham (d, perc) Airto Moreira (perc)
Noviembre 28, 1969: Miles Davis (tpt) Steve Grossman (ss) Bennie Maupin (bcl) Herbie Hancock (el-p) Larry Young (org, celeste) Chick Corea (el-p) John McLaughlin (g) Khalil Balakrishna (sitar) Bihari Sharma (sitar, tamboura) Dave Holland (b) Harvey Brooks (el-b) Jack DeJohnette (d) Billy Cobham (d, perc) Airto Moreira (perc)
Enero 27, 1970: Miles Davis (tpt) Wayne Shorter (ss) Bennie Maupin (bcl) Chick Corea (el-p) Josef Zawinul (el-p) John McLaughlin (g) Khalil Balakrishna (sitar) Dave Holland (el-b) Billy Cobham (d) Jack DeJohnette (d) Airto Moreira (perc)
Enero 28, 1970: Miles Davis (tpt) Wayne Shorter (ss) Bennie Maupin (bcl) Chick Corea (el-p) Josef Zawinul (el-p) John McLaughlin (g) Dave Holland (el-b) Billy Cobham (d) Jack DeJohnette (d) Airto Moreira (perc)
Febrero 6, 1970: Miles Davis (tpt) Wayne Shorter (ss) Chick Corea (el-p) Josef Zawinul (el-p) John McLaughlin (g) Dave Holland (el-b) Jack DeJohnette (d) Billy Cobham (perc) Airto Moreira (perc)
[1] Britches Brew ha sido editado en tres formatos, el original en un LP doble y a mitad de los años 80 un CD doble; ambos con las sesiones de agosto de 1969. En 1998 se editó un album de cuatros CDs con outtakes y material de las sesiones de noviembre de 1969, y enero y febrero de 1970. También existe un CD "Singles", con 4 muestras cortas de las sesiones originales, que fue principalmente distribuido a estaciones de radio.
Para llevarlo a cabo Davis se miró en el espejo del rock y del emergente Funk. Miles era consciente de que por aquel entonces el favor y el cariño del público negro (su predilecto) hacía tiempo que se dirigía a los coloristas sonidos de Sly & The Family Stone y, antes ya, al soul más académico. Y que el público blanco se hallaba fascinado por un músico negro de rock, al cual Davis respetaba por su pericia e imaginación: Jimi Hendrix. Cada vez más convencido de la conveniencia de introducir instrumentos eléctricos en el Jazz, cada vez más insatisfecho con su propia música y con la dirección que estaba tomando el Jazz ("la fealdad del Free-Jazz" como él mismo la definió) su nuevo cambio de rumbo tiene un primer golpe de timón con In A Silent Way (1969), un disco atmosférico, hermoso y melódico, pero radicalmente nuevo. El siguiente golpe lo da con Bitches Brew [1]. A partir de aquí no había, y de hecho no hubo, vuelta atrás.
Fue publicado originalmente como álbum doble de vinilo con tan sólo seis cortes de larga duración, y ahora está reeditado en CD doble con un corte añadido ("Feio", grabado meses después de las sesiones) y también en un Box-set que contiene todas las grabaciones (The Complete Bitches Brew Sessions (Columbia/Legacy). Para grabarlo se nutrió de un personal muy amplio para que grabase simultáneamente: dos baterías (Lenny White y Jack DeJohnette), dos percusionistas (Don Alias y Jim Riley), dos pianistas (Chick Corea y Joe Azwinul), dos bajistas (Harvey Brooks y Dave Holland), un guitarra (John McLaughin), un saxo barítono (Wayne Shorter), un clarinete (Bernie Maupin) y él mismo. Todos ellos músicos jóvenes y virtuosos, situados muchos en algunas de las formaciones más punteras de la cada vez más bollante fusión Jazz-Rock. Con ellos entran sonidos que los puristas rechazan, algunos de los cuales ya figuraban en discos anteriores de Davis: bajos y pianos electricos, el frenetico punteo de McLaughin. En esta ocasión, incluso, él mismo trata su trompeta con efectos de sonido inéditos, ecos y delays, tal y como haría también en los años setenta con el "wah-wah".
Pero el absoluto radicalismo de la propuesta de Davis y Teo Macero (su productor y mano derecha absoluta) desconcierta a los propios músicos, que abandonan el estudio convencidos de no haber grabado piezas enteras válidas de música en las tres sesiones. Y ahí esta la otra innovación de Davis y Macero, su "agenda oculta". Después de la grabación se consagran durante semanas a un minucioso y laborioso trabajo de posproducción, seleccionando las tomas buenas, juntándolas y pegándolas, y en algunos casos repitiendo los mismos fragmentos grabados en una única ocasión como si fuesen los propios riffs de los temas, por medio de primitivos loops. Todas la técnicas del overdub, mucho más habituales y empleadas en el Rock que en el Jazz, son llevadas aquí mucho más allá de lo que el propio Rock hacía por aquel entonces. Cuando el resultado final llega a la calle se produce un fenómeno de aceptación por parte de la audiencia rock, que consagra el disco al lado de obras entonces en boga como las de Santana, o grupos de desarrollos instrumentales densos como Grateful Dead. El sonido atmosférico del doble sexteto de Davis conecta en cierto modo con la onda reinante, pero en realidad oculta mucho más.
Bitches Brew es aún hoy una propuesta radical y rompedora, profundamente contemporánea. Es un disco de Jazz absolutamente atípico, porque aunque está construído a partir de improvisaciones colectivas muy libres, el énfasis se ha puesto en el groove y en las texturas, y no en los desarrollos de los propios temas, a veces carentes de ellos. Con una sección rítmica tan amplia, la resonancia de la percusión y de los bajos se hace insistente. Es una música nerviosa, sensual, colorida, atmosférica, falsamente progresiva, más bien cíclica e hipnóticamente reiterativa, aunque en ocasiones también muy desestructurada. Y resulta por todo ello una fuente aún no agotada de ideas que mantiene fascinado hoy día, y con razón, a mucha de la intelligentsia rockera. Es citado con veneración por luminarias como Thom Yorke o Bobby Gillespie, por ejemplo. Lógico, pues aunque éste no fuera el primer disco de Jazz Rock, sí fue el primero que mostó el nuevo subgénero como algo más que una mera y abigarrada yuxtaposición de las estéticas de dos mundos que siempre se habían mirado con profundo recelo, cuando no con con verdadera indiferencia, e incluso beligerancia.
"Pharoah's Dance" abre el disco y ocupa con sus veinte minutos toda la antigua Cara A. Es el tema en el que más se pueden notar las señas de identidad de Bitches Brew. Repleto de loops y editajes, con un motivo recurrente que contiene la trompeta de Davis tratada con el delay mencionado, con McLauglhin tocando unas nerviosas y minimales figuras rítmicas, los pianos y baterías repartiéndose el trabajo, el saxo de Shorter peleando por encontrar intuitivamente su lugar en la maraña de sonidos que produce una banda tan extensa, no hay duda ante todo esto de que el disco es un mundo en sí mismo. Extremo confirmado por la homónima Bitches Brew" que se desarolla de manera similar durante casi veintisiete minutos.
"Spanish Key" y "Miles Runs The Voodoo Down" son, tal vez, la cumbre del disco. Frente a cierta sensación de cansancio y alargamiento excesivo que producen algunos momentos de los maratones del primer disco, aquí la frenética tensión del banda es sostenida en todo momento, sin que sobre ni un minuto de improvisación, con un McLaughlin en papel estelar. "Sanctuary", una composición de Shorter que Davis ya había tocado en otras ocasiones con un tratamiento absolutamente diferente, es el momento más melódico del disco. Pero el peculiar método de Bitches Brew provoca que el arreglo al que es sometido el tema resulte sorprendente y original. Como siempre, la trompeta de Miles se eleva sobre el resto de sonidos para dibujar figuras de azul transparente, de enorme belleza y sugerencia con los mínimos trazos. Ese es en realidad el hilo conductor de toda la movida trayectoria de Miles Davis, en perpetua y gloriosa rebeldía contra su propia obra.
Y así hace más de treinta años Davis tomó prestado del rock lo que creyó que hacía falta para intentar salvar al Jazz. Ahora vemos como el antaño arrogante rock quiere que se lo devuelvan, y con intereses. En realidad, y si depende de lo invertido en este disco, no habrá ningún problema de solvencia para cobrar.
*
por Roberto Barahona
El Jazz ha sido siempre una música de fusión. Desde sus inicios a fines del siglo XIX, el Jazz se desarrolla y evoluciona sin mayores pretensiones mezclando con gran facilidad la música popular norte-americana, el Son cubano, la Samba brasilero, el Tango argentino, entre otros géneros. En su enfoque contemporáneo, el Jazz mantiene las huellas que dejaron estos estilos. Sin embargo, el concepto de fusión en el Jazz se torna más evidente y relevante hacia fines de la década de los años 60 y especialmente por Miles Davis y su obra Bitches Brew. Este álbum es el resultado de la combinación de ideas que venía forjando de años y de una abrupta ruptura con su pasado. Davis ya había usado teclados eléctricos y guitarras y ritmos rockeros como también post producciones en el estudio (In a Silent Way y Filles de Kilimanjaro).
En Bitches Brew usa todos estos elementos y crea un álbum de improvisaciones. En vez de preocuparse de crear armonías sofisticadas o experimentos estructurales, Miles enfoca la obra en simples melodías sobre repetitivos e hipnóticos acompañamientos rítmicos. En su autobiografía Miles relata: "Yo conducía, como un director de orquesta, cuando empezamos a tocar, y escribía un trozo de música para alguien o le indicaba que tocara cosas diferentes que yo oía mientras la música crecía y se transformaba. Las sesiones de grabación fueron un proceso del desarrollo creativo, una composición viva. Como una fuga, o un motiv, al que todos reaccionábamos. Después que llegaba hasta cierto punto, le pedía a un músico que tocara algo diferente". Una jam session magistral.
El surco más interesante es Bitches Brew dura 26 minutos –es un resumen del disco. Dos baterías y dos contrabajistas marcan un ritmo concentrado, dándole espacio a Miles para que cree un solo maravilloso. El tema lo habían ensayado la noche anterior y fue el primero en grabarse. Ilustra la manera en que Davis dirige e influencia a los músicos mientras improvisan. Un ejemplo ocurre en el séptimo minuto. El grupo aparentemente ha perdido el hilo de la improvisación y está a punto de fracasar. Miles dice: "Keep it like that!", segundos después, cuando el tema recobra brío, se dirige a McLaughlin : "John!", éste se hace cargo y el tema resucita.
En Bitches Brew hubo un brillante e innovador trabajo de post-producción; obra de Teo Macero quien, junto a Miles, pero más veces por si solo, escogió las tomas, las editó y creó de todo eso el producto final. Usó cámaras de eco, reverberación y loops o repeticiones para alargar ciertos trozos de cinta. En "Pharaohs's Dance" de Zawinul, un tema con toques orientales y un ritmo casi inexplicable, Davis y Shorter crean un mantra jazzístico; el piano Rhodes de Zawinul es lúgubre. McLaughlin y Maupin también participan en la improvisación. Pero el surco que conocemos no tiene nada que ver con la grabación original. Macero cortó y pegó el tema en 19 lugares; sus anotaciones, que repito aquí, nos indican dónde y cómo las hizo:
Parte 1: 0:10 Figura # 1 Loop A; 0:15 Vamp #1; 0:46 Figura #2; 0:56 Vuelve a parte b; 1:29; 1:39 vuelve al principio, Loop A-1; 1:51 pedal B; 2.22 Loop B; 2:32 entra Miles -2:54; 3:31 Miles regresa; 5:40 Maupin en clarinete bajo; 7:55 Vamp #1 Loop;
Parte 2 – statement 1
8:29 Parte II introducción; 8:42 trompeta con eco, Loop; 8:44 Part II introducción, Loop; 8:52 frase rítmica de dos compases; 8:54 cuatro Loops de la frase, Loop; 8:59 vamp Parts 1 y 2, solo de Miles; 11:48 solo de Shorter; 12:53 solo de McLaughlin;
Part 2 – statement 2
15:58 Part 2 vamp 2; 16:38 Miles entra con la melodía; 20:02 el tema concluye.
Las ventas de LP durante el primer año llegaron a 400 mil copias, algo sin precedente para Davis, su álbum que más había vendido hasta entonces sólo alcanzó a vender 100 mil copias. Algunos críticos acusaron a Davis de haberse vendido al mercado pop. Sin embargo, lo extraordinario de Bitches Brew es que Miles en ningún momento imita las tendencias del pop o del rock de la época. Todos los surcos del LP doble original duran más de 10 minutos, excepto "John McLaughlin" con poco más de 4 minutos. Esto eliminó las posibilidades de exposición en las radios pop. No hay arreglos, ni melodías, ni ritmos bailables, ni canciones con letras fáciles de memorizar. Con Bitches Brew Miles agregó a su público hordas de fans del Rock, pero también perdió el apoyo de sus fieles seguidores. El nuevo vocabulario musical e instrumentación electrónica que Davis introdujo no les interesó y lo abandonaron permanentemente.
Después de casi 35 años, Bitches Brew se mantiene como una obra sólida que exige el respeto de críticos y aficionados. Se puede decir tanto de esta música, pero prefiero que hable por sí sola. He pasado muchas sesiones escuchando las distintas ediciones de Bitches Brew, y me vienen tantas imágenes e ideas mientras escucho. Cada sesión es diferente, siempre descubro algo nuevo y fascinante.
Monterey, California
20 de febrero de 2003
20 de febrero de 2003
Discografía: The Complete Bitches Brew Sessions
Título: The Complete Bitches Brew Sessions
Sello: Columbia Legacy C4K 65570
Número de temas: 21
Detalles: 19 de agosto de 1969; 20 de agosto de 1969; 21 de agosto de 1969; 19 de noviembre de 1969; 28 de noviembre de 1969; 27 de enero de 1970; 28 de enero de 1970; 6 de febrero de 1970
Nota: sólo se muestran los temas en los que participó Miles Davis (264:27).
Disc 1
1. Pharaoh's Dance (J. Zawinul) Ago 21, 1969
2. Bitches Brew (M. Davis) Ago 19, 1969 20:04
26:58
3. Spanish Key (M. Davis) Ago 21, 196917:32
4. John McLaughlin (M. Davis) Ago 19, 19694:22
Disc 2
Miles Runs the Voodoo Down (M. Davis) Ago 20, 1969
14:02
Sanctuary (W. Shorter-M. Davis) Ago 19, 196910:55
Great Expectations (M. Davis) Nov 19, 196913:44
Orange Lady (J. Zawinul) [Mulher Laranja] Nov 19, 196913:46
Yaphet (M. Davis) [with chatter] Nov 19, 19699:38
Corrado (M. Davis) [with chatter] Nov 19, 196913:10
Disc 3
Trevere (M. Davis) [take 5] Nov 28, 1969
5:55
The Big Green Serpent (M. Davis) Nov 28, 19693:34
The Little Blue Frog (M. Davis) [take 2, with chatter] Nov 28, 196912:12
The Little Blue Frog (M. Davis) [take 4] Nov 28, 19699:09
Lonely Fire (M. Davis) Ene 27, 197021:08
Guinnevere (D. Crosby) Ene 27, 197021:06
Disc 4
Feio (W. Shorter) [take 1] Ene 28, 1970
11:49
Double Image (J. Zawinul) [take 3] Ene 28, 19708:25
Recollections (J. Zawinul) [take 4] Feb 6, 197018:53
Take It or Leave It (J. Zawinul) [take 6] Feb 6, 19702:13
Double Image (J. Zawinul) Feb 6, 19705:52
Músicos:
Agosto 19, 1969: Miles Davis (tpt) Wayne Shorter (ss) Bennie Maupin (bcl) John McLaughlin (g) Chick Corea (el-p) Josef Zawinul (el-p) Dave Holland (b) Harvey Brooks (el-b) Jack DeJohnette (d) Lenny White (d) Charles Don Alias (d, perc) Jumma Santos (perc)
Agosto 20, 1969: Miles Davis (tpt) Wayne Shorter (ss) Bennie Maupin (bcl) John McLaughlin (g) Chick Corea (el-p) Josef Zawinul (el-p) Dave Holland (b) Harvey Brooks (el-b) Jack DeJohnette (d) Jumma Santos (perc)
Agosto 21, 1969: Miles Davis (tpt) Wayne Shorter (ss) Bennie Maupin (bcl) John McLaughlin (g) Chick Corea (el-p) Josef Zawinul (el-p) Larry Young (el-p) Dave Holland (b) Harvey Brooks (el-b) Jack DeJohnette (d) Lenny White (d) Charles Don Alias (d, perc) Jumma Santos (perc)
Noviembre 19, 1969: Miles Davis (tpt) Steve Grossman (ss) Bennie Maupin (bcl) Herbie Hancock (el-p) Chick Corea (el-p) John McLaughlin (g) Khalil Balakrishna (sitar) Bihari Sharma (sitar, tamboura) Ron Carter (b) Harvey Brooks (el-b) Billy Cobham (d, perc) Airto Moreira (perc)
Noviembre 28, 1969: Miles Davis (tpt) Steve Grossman (ss) Bennie Maupin (bcl) Herbie Hancock (el-p) Larry Young (org, celeste) Chick Corea (el-p) John McLaughlin (g) Khalil Balakrishna (sitar) Bihari Sharma (sitar, tamboura) Dave Holland (b) Harvey Brooks (el-b) Jack DeJohnette (d) Billy Cobham (d, perc) Airto Moreira (perc)
Enero 27, 1970: Miles Davis (tpt) Wayne Shorter (ss) Bennie Maupin (bcl) Chick Corea (el-p) Josef Zawinul (el-p) John McLaughlin (g) Khalil Balakrishna (sitar) Dave Holland (el-b) Billy Cobham (d) Jack DeJohnette (d) Airto Moreira (perc)
Enero 28, 1970: Miles Davis (tpt) Wayne Shorter (ss) Bennie Maupin (bcl) Chick Corea (el-p) Josef Zawinul (el-p) John McLaughlin (g) Dave Holland (el-b) Billy Cobham (d) Jack DeJohnette (d) Airto Moreira (perc)
Febrero 6, 1970: Miles Davis (tpt) Wayne Shorter (ss) Chick Corea (el-p) Josef Zawinul (el-p) John McLaughlin (g) Dave Holland (el-b) Jack DeJohnette (d) Billy Cobham (perc) Airto Moreira (perc)
[1] Britches Brew ha sido editado en tres formatos, el original en un LP doble y a mitad de los años 80 un CD doble; ambos con las sesiones de agosto de 1969. En 1998 se editó un album de cuatros CDs con outtakes y material de las sesiones de noviembre de 1969, y enero y febrero de 1970. También existe un CD "Singles", con 4 muestras cortas de las sesiones originales, que fue principalmente distribuido a estaciones de radio.
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