domingo, febrero 07, 2010

“En Atenas”, de Carlos Pellicer







¿Por qué la mano lenta sobre el tambor pulido
desta columna rota, tórridamente va?
Es la misma caricia con cierto aire de olvido
que deslizó sus dedos sobre Chi-Chen-Itzá.
Y hay un viaje remoto que a un altar dividido
dio su gozo y su espuma, sus esperanzas da.
Y hay un retorno antiguo hacia un nuevo sentido
del Sol que abrió las cifras de Grecia y Yucatán.

Doré ritmos que a veces suelo olvidar. Y echado
sobre los dulces tréboles al pie del Partenón,
pongo a danzar los lápices. Y el verso nace atado

a una columna rota y a un gran muro labrado.
Porque a un noble temblor la luz ha desbordado
la mano silenciosa que rige el corazón.





en Hora y 20, 1927












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