Desperté en la casa solitaria
sentada en el borde de la noche
con un silencio redondo de nostalgia.
Había soñado con una vida de árbol
o de estrella
y con la sombra de los acantilados
que nunca había visto.
En el contorno de un camino
suspiré tu nombre
como el rododendro enfermo
a los pies de la luna llena.
La tristeza de los ventanales
reflejaba un largo purgatorio.
en Poemas gramaticales, 1988
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