El hombre obscuro tuvo una mujer clara,
luminosa como una uva…
Hombre obscuro y mujer obscura.
No hubo caso. Su luz lo molestaba,
protegía sus ojos con lentes ahumados.
Hombre obscuro y mujer obscura.
La separación fue un parto, la luz se fue,
el nacimiento de un ciego.
Hombre obscuro y mujer obscura.
Solo. Vivía en un embudo negro, tapado,
negro.
Hombre obscuro y mujer obscura.
Salía en las noches, buscaba.
Miraba su rostro en las pozas.
Hombre obscuro y mujer obscura.
En un cine negro sus piernas y manos
se tocaron.
Hombre obscuro y mujer obscura.
Bajo un paño de fotógrafo se dieron
el primer beso.
Hombre obscuro y mujer obscura.
Bebieron café negro luego tendidos en el lecho de caoba.
Hombre obscuro y mujer obscura.
Se encontraron.
Hombre obscuro y mujer obscura.
Van al zoológico a buscar la claridad
en las pieles de los animales.
Hombre obscuro y mujer obscura.
Desesperados…
Gonzalo Millán
Estudiante. 19 años. Es su primer poema publicado.
(en Orfeo, 11-12, 1965)
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