Versión de Juan Carlos Villavicencio
De camino a dar su primer beso, un soldado
entra a una florería. Toca docenas
de rosas y determina la longevidad de cada una
por la cantidad de pétalos que tienen.
Cuando los niños protestaban en contra del régimen
y luego morían en sus cárceles, los oficiales
enviaban a sus padres notas que decían:
Venga a recoger el cadáver a cambio de la madre,
le aseguramos que va a parir otro.
Sobre la mesa, un ramo de 24 flores — una por cada
mes en servicio. Sus uñas tiran
del tejido rojo, que recubre una abertura sagrada, hasta que
este se descose,
desgarra un útero donde una vez una mariposa
no pidió permiso.
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