De
lejos he venido a trabajar el mar,
de
lejos he venido a hundirme en la arena.
Mucho
sol ha de darme todavía en la cara,
mucho
polvo colorado quemará mis ojos.
Silencioso
sigo la huella de la Costa;
pocas
sombras han dado sombra a mi palabra.
Ahora
busco un laurel en la Tierra del Eco,
ahora
corto la rama en que veré mi suerte.
Huachihue
llamaron antiguos caminantes
a
este arco de rama hincado en la tierra.
Si
a mi vuelta lo hallo aún enterrado
señal
será de vida y viejo he de morir.
Y
si una de sus puntas hallo levantada,
malos
vendrán mis años y el viaje perderé.
en Ceremonias, 1999
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