para Cristóbal
Miren que ocurrírsele al perla salir a la calle con
toque de queda. Y todos muertos de nervios, en un auto con una gran bandera
blanca.
Las patrullas andan locas, disparando a diestra y
siniestra por cualquier cosa, y él no pudo esperar que fuera de día.
Su tío maneja despacito. Su abuelo le ha tomado una
mano a su madre y ella pone la otra más o menos a la altura de sus costillas pequeñas.
Su padre no está, pero todos comentan que sin duda va a salir a él. Porque
miren que querer nacer a esta hora el bribón, como si todo anduviera de lo más
normal en esta vida.
en Las malas juntas, 2010
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