viernes, diciembre 04, 2009

“Deja de llover sobre mi cabeza”, de Héctor Viel Temperley







Deja de llover sobre mi cabeza
y el aire tiene un olor tibio
que conozco.
Olor a luz, a madera e incienso.
Olor a madrugada
en un monasterio.

Tirado y con los codos en la arena
escucho todas las primeras misas
del mundo
que se rezan por mi alma.






en Humanae Vitae mia, 1969












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