Estoy dispuesta a arrastrarme, a humillarme abyectamente, porque en estas circunstancias el silencio sería insostenible. De modo que os digo a todos los que no queráis callar: cojamos nuestro guión, pongámonos los vestidos que ya habíamos desechado e interpretemos nuestros papeles de segunda mano en esta triste obra de segunda mano. Pero no olvidemos que lo que está en juego es descomunal. Nuestro cansancio y nuestra vergüenza podrían significar nuestro fin. El fin de nuestros hijos y de los hijos de nuestros hijos. De todo aquello que amamos. Tenemos que buscar en lo más íntimo de nuestro ser y encontrar la fuerza para pensar. Para luchar.
Una vez más, vamos lamentablemente por detrás de los tiempos.
Una vez más, vamos lamentablemente por detrás de los tiempos.
1998
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