sábado, septiembre 05, 2009

"Dios le llama Walt", de León Felipe

"Habla el Prólogo", parte 3




Se apellida Whitman.
Pero Dios le llama Walt.
No tiene familia.
Es hijo de la tierra más que de la sangre, como todo
norteamericano legítimo. Que en esto se diferencia
del europeo. Y en esto se diferencia también el
pionero del conquistador.
No tiene genealogía.
Y en esto se diferencia del hebreo.
No acarrea su sangre desde Adán, por una tarjeta
de nombres empalmados, pero es tan adámico como
Isaías.

"Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron
aquí, de esta tierra y de estos vientos.
Me engendraron padres que nacieron aquí,
de padres que engendraron otros padres que
nacieron aquí,
de padres, hijos de esta tierra y de estos vientos
también".

No dice el nombre de sus padres ni de sus
ancestrales.
Le basta con saber que todos fueron hijos, como él,
de la tierra y el viento,
de esta tierra y de este viento de América.

Ahora es necesario señalar esto bien.
Su nombre telúrico y adámico es Walt.
Walt, Walt, Walt...
le dicen gavilán,
la tempestad
y las olas del mar entre las rocas de la playa...

Llamadle Walt vosotros también.
Yo le llamo Walt.
Dios le llama Walt.





en Prólogo a Canto a mí mismo, 1950
(Losada, Buenos Aires).










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