Sobre el tabique de nácar se oscurece la sombra de la candela.
Poco a poco, la vía láctea declina, las estrellas de la mañana
se apagan.
¿Se arrepiente el hada de la luna de haber robado el néctar
de la inmortalidad?
Mar esmeralda, cielo azul, noche tras noche, todo se manifiesta
a su corazón.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario