Traducción de Nicolas Bersihand
Ayer por la noche dije a la princesa lo que V. M. me dijo, y ella me respondió que tampoco sabía lo que había que hacer, puesto que no la habían informado más que a medias. Me puse, por tanto, sobre ella, pero no salió nada; quiero que usted me responda primero y que me diga si hay que estar mucho tiempo sobre la princesa y cómo tenemos que hacer los dos, y también si yo podría hacerle eso esta noche, pues ella tiene una mejilla muy colorada e inflada. Dios quiera que no sea nada. Respondedme, os lo ruego, lo más rápidamente posible, pues aguardo la respuesta.
21 de enero, 1722
De todos modos la tal Luisa Isabel de Orléans debía tener una personalidad peculiar, a tenor de lo que cuentan las crónicas sobre sus comportamientos, usos y cuidados personales desaseados y etcétera. No sé si el pobre Luis moriría virgen pero sí mártir, a causa de la viruela contraída de la que, en aquellos tiempos ni los monarcas del reino estaban libres.
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