Traducción de Nicolas Bersihand
Mi amor, haz que no tenga más miedo, y que este peso que llevo de ti se aligere y no me espante. Dime eso que sé perfectamente, pero que el niño loco que hay en mí se niega a creer: que hemos hallado la explicación de la vida y de nosotros mismos, que ni el azar ni las manos humanas pueden deshacer este orden espléndido, que estando entre tus brazos y contra tu pensamiento me sentiré durante los días y las noches sucesivas del mejor modo, de acuerdo con mi pensamiento, que aquello en lo que me he ido convirtiendo es sincero.
Te quiero, mi bien amado, es algo de lo más simple –y de lo más humilde– que hay en mi vida; y me siento tan inexperta y tan desnuda, una vez abatidas todas las marionetas del orgullo, que no comprendo cómo puedes querer algo tan tiernamente ceñido sobre tu cuerpo. Solo dos ojos hasta el fondo de tu espíritu; sólo eso; una rosa.
Sábado, 9 de octubre de 1920
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