lunes, octubre 30, 2017

"El lamento de José de Arimatea", de Leopoldo María Panero







No soporto la voz humana,
mujer, tapa los gritos del
mercado y que no vuelva
a nosotros la memoria del
hijo que nació de tu vientre.

No hay más corona de
espinas que los recuerdos
que se clavan en la carne
y hacen aullar como
aullaban
en el Gólgota los dos ladrones.
Mujer,
no te arrodilles más ante
tu hijo muerto.
Bésame en los labios
como nunca hiciste
y olvida el nombre
maldito de
Jesucristo.





en Poemas del manicomio de Mondragón, 1987


















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