miércoles, septiembre 09, 2015

“Cóndor y cronopio”, de Julio Cortázar








Un cóndor cae como un rayo sobre un cronopio que pasa por Tinogasta, lo acorrala contra una pared de granito, y dice con gran petulancia, a saber:

Cóndor.—Atrévete a afirmar que no soy hermoso.
Cronopio.—Usted es el pájaro más hermoso que he visto nunca.
Cóndor.—Más todavía.
Cronopio.—Usted es más hermoso que el ave del paraíso.
Cóndor.—Atrévete a decir que no vuelo alto.
Cronopio.—Usted vuela a alturas vertiginosas, y es por completo supersónico y estratosférico.
Cóndor.—Atrévete a decir que huelo mal.
Cronopio.— Usted huele mejor que un litro entero de colonia Jean-Marie Farina.
Cóndor.— Mierda de tipo. No deja ni un claro donde sacudirle un picotazo.



en Historias de Cronopios y famas, 1962








No hay comentarios.:

Publicar un comentario