sábado, abril 27, 2013

“Para que nadie me mire”, de Jacqueline Caniguán









Al estero de aguas brillantes corría yo
cuando su voz me alcanzaba.
Él viene silbando por el bosque,
él viene a sonreír junto a mí.
Qué contenta era mi vida,
qué contenta era mi vida.

Una noche (de esas sin estrellas)
él viajó a un lugar nuevo
y mi cántaro encontró su lugar
en el fondo del estero.

Ya no quiero adornar mi caballo,
ya no quiero cantar cuando el sol
aparezca en la mañana.
Iré a la montaña a esconderme,
para que nadie me mire,
para que nadie me mire.



en 20 poetas mapuches contemporáneos, 2003















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