Un muerto sufre la hoja nueva
Como palma de la mano
expira el horizonte son rastrojos
de la herrumbre y humo
por las líneas de la mano
van tajantes trenes
y regresan se han secado
los caminos de sus dedos
una mano de cadáver
descampada
De sus pies
para resucitase a voces
se levanta
mano para el hueco
malo para limpiar la noche mano
para agarrarlo y arreglarlo
mano para medir señales
mano mano
Porque nos pertenece ha de ser nuestra usted
no puede amortajarla en un bolsillo
a rama seca no amanece fruto
no puede incinerarla dónele
su mano al hijo
no malgaste cinco dedos
Le alerta los dos ojos
el poder que aprieta cual gatillo
entre las manos:
poder de construcción
que se agolpa el paisaje
Una gota de lluvia
vuelve barro
al barro
Aprendamos en la hoja
a reponernos de la vida
en Fisiones, 1997
Reeditado en Muesca, Ediciones Amargord, 2010
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