Para mi hijo Andrés
II
Su mano me mostraba la boca sin dientes,
su cara la simetría de un campo arado,
la ropa, el desorden de los años viejos.
Le entregué el pan con cerdo cubano
y mis ojos lloraron su futuro incierto.
IV
La iglesia más antigua de Cuba
tiene a la Virgen Inmaculada con la nariz rota
y los bancos vacíos.
Abre sus puertas a las ocho,
deja entrar el viento nocturno
y escucha el ritmo de un son cubano.
V
Mis guías sonrientes son Rafael y Justo.
El arcángel vengador y el juez ciego.
Detienen mi mano extendida al niño,
quieren cerrar mis ojos y apagar mi corazón.
No pasarán.
No vencerán.
Permitiré tan solo que bailen
un mambo conmigo.
…al recuerdo de Višnja Milohnić Roje, de su amabilidad, simpatía y alegría.
Hasta siempre, con cariño, respeto y agradecimiento.
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