lunes, agosto 25, 2025

«No hay tiempo enlutado», de Víctor Ortega Cabezas




 
En torno al cadáver
la muerte nos muestra su rostro
pálido y enaltecido,
la contemplamos
y olvidamos nuestro propósito.
Mientras la ciudad duerme,
se escucha en la ciega noche
la celebración de alguna boda triste,
el estruendo de una noche caída.

La iglesia con sus cortinas de terciopelo
anuncia la llegada,
en tocata y fuga
inundando el cielo babilónico.

Ni los óleos decorativos,
ni los ojos más vidriosos
no pueden evitar las campanadas,
no pueden evitar ese olor a entierro.



en El espacio de la muerte, 2025















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