martes, noviembre 26, 2024

«En la resaca», de Daniel Freidemberg

Dos poemas




Noviembre (VII) 


El gran cuerpo inocente de mi padre, su
pesadez translúcida, la piel 
                             extensa y pálida humillada
por la ciencia médica. Enceguecía el 
verano, la basura al costado de los rieles
pugnaba por manifestarse. No hay
                                        cuervos en este paisaje: 
cerveza tibia y revistas de fútbol.
¿Pasó algo desde aquellos días? ¿Volví?
Ahora que miro esta planicie del cosmos,
es verano otra vez: motores detrás de la luz, la luz
como si para siempre, como 
                                      quien avisa «es así» ¿es así?
Soy el que, más papel que carne, gira
dentro de un cubo, ante una ventana. No estoy
                                en esta escena que creció a su modo
entre las ruinas de un planeta ocupado, ¿no estoy?
Papel o carne, me repito, arruinados, tratados mal, 
desperdiciados no sé a cuenta de qué (saliva agolpada en
la boca, tensión en los músculos): no el alma, la carne, los 
                                                               gestos que me hacen,
fuera de toda razón, de toda belleza, en mi fin.
Alas rasantes sobre un mediodía plúmbeo, palabras.






Abril (XXIV)


Los que, esos que
lirízanse,
como sexo a
sí mismos
ante espejo,
los que elevábanse,
los que elabismo,
los que loabsoluto.

¿Y a la hora de
pagar las cuentas, qué?
¿Y a la hora de cobrar?
¿Y a la de lavar
prendas inconfesa-
blemente sucias?
¿Y a la hora de
todo está dicho? ¿A
qué agregar
más ruido al ruido?

¿Y después de
ya sabemos qué cosa,
qué poesía?

Poesía del
todo está dicho, del
no está dicho en
lo dicho, del
no sé. Del
todo está dicho y
qué, del
ruido. De
mirar el ruido y
escribir
atrás o adentro, o
por encima
del ruido, con
ruido, en el
mundo del 
ruido, y
qué.



2007

 











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