Mi madre muele el aire,
lo vierte a puñados en un viejo tazón
–Pon una mano en un cuenco–
y hace girar la piedra del molino…
–Voy a moler lo último del trigo y a guardar en casa mis deseos
Las mandíbulas de piedra del molino muelen sus lágrimas…
–Me quedaré despierta toda la noche contigo y no indagaré
Las mandíbulas de piedra del molino trituran su corazón…
–Y si me quemo, resistiré al fuego
En este campo de refugiados
las mandíbulas de piedra del molino trituran
nuestras vidas.
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