domingo, noviembre 12, 2017

“Epitafio”, de Thomas Gray




 
Aquí descansa su cabeza en el regazo de la Tierra
un joven desconocido para la fama y la fortuna.
La certeza no cuajó en su humilde cuna
y la melancolía lo marcó como suyo.

Grande fue su ganancia y sincera su alma,
el Cielo lo recompensó enormemente;
él dio a la miseria cuanto tenía: una lágrima
y el Cielo le dio lo que él deseó: un amigo.

Sin buscar exponer sus méritos
o mostrar sus debilidades desde su morada
(Todas ellas descansan en trémula esperanza)
en el seno de su Padre y de su Dios.



en Elegía sobre un cementerio de aldea, 1751










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