miércoles, septiembre 06, 2017

“Nada”, de Gémina Ahumada




 
El agua que se escurre.

Desde los pardos abetos de la ventana
comienza a florecer
la triste neblina:
las esferas malcriadas se detienen.

Entretanto
el amante se desliza
hacia los lares de lo paulatino.
Pero en la cima de sus ojos duerme el sueño:
la sombra perseverante donde el instante no cabe.

Preguntas.
La tarde se silencia:
una cama perdida en el océano sorprende a la noche.



en Taller Nueve (tercera antología), 1984








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