De mí te alejas, hora.
Me provocas heridas al agitar tus alas.
Solo, ¿qué debo hacer con mi boca?
¿Con mi noche? ¿Con mi día?
No tengo ni amada, ni casa,
ni lugar donde vivir.
Todas las cosas a las que me entrego
se enriquecen y me disipan.
Meudon, Invierno 1905-1906
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