Un hombre, en la vigilia, piensa bien de otro y confía
en él plenamente, pero lo inquietan sueños en que ese amigo obra como enemigo
mortal. Se revela, al fin, que el carácter soñado era el verdadero. La
explicación sería la percepción instintiva de la verdad.
En medio de una multitud imaginar a un hombre cuyo
destino y cuya vida están en poder de otro, como si los dos estuvieran en un
desierto.
Un hombre de fuerte voluntad ordena a otro, moralmente
sujeto a él, la ejecución de un acto. El que ordena muere y el otro, hasta el
fin de sus días, sigue ejecutando aquel acto.
Un hombre rico deja en su testamento su casa a una
pareja pobre. Esta se muda allí; encuentran un sirviente sombrío que el
testamento les prohíbe expulsar. El sirviente los atormenta; se descubre, al
fin, que es el hombre que les ha legado la casa.
Dos personas esperan en la calle un acontecimiento y la
aparición de los principales actores. El acontecimiento ya está ocurriendo y
ellos son los actores.
Que un hombre escriba un cuento y compruebe que éste se
desarrolla contra sus intenciones; que los personajes no obren como él quería;
que ocurran hechos no previstos por él y que se acerque a una catástrofe, que
él trate, en vano, de eludir. Este cuento podría prefigurar su propio destino y
uno de los personajes sería él.
en Note-books, 1868
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