lunes, diciembre 26, 2011

"Despidiéndose de una dama porque amanecía", de Lope de Vega






Soneto 26


En el sereno campo de los cielos
entraba el sol, pisando las estrellas
sus caballos flamígeros, y dellas
limpiando el manto de color de celos.

Ya cuanto vive en últimos desvelos
pasaba de su sueño a sus querellas;
sale la abeja entre las flores bellas,
las aves por el aire esparcen vuelos.

Vase en el mundo dilatando el día
en cercos de oro y arreboles rojos,
y en las hojas las perlas del rocío;

mas cuando tan hermoso el sol salía,
anocheció para mis tristes ojos,
porque, como él salió, se puso el mío.



en Rimas, 1609








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