escribo contemplando
un sexteto de cuerdas y vientos
inspirado por el cuadro de un pintor
que mezclaba en su paleta de neòn
sirenas
e
hipocampos
al tiempo que redacto estos pasajes
las cuerdas defragmentan su pintura
evocando a una niña no vidente
que traduce con sus manos
arquetipos y esculturas
de ella permanecen aún ciertas transcripciones
los senderos que surcaba hacia el ocaso
y un epitafio en lengua muerta
en Cadáver lírico, 2008
sublime...nostálgico, pero con un aura esperanzadora.
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